
El sector servicios español se expandió en mayo a un ritmo débil, pero logra encadenar el segundo mes de crecimiento después de contraerse en marzo. Los nuevos pedidos aumentaron aunque muy levemente, mientras que se continua destruyendo empleo.
El índice PMI de gestores de compra del sector manufacturero subió en mayo hasta los 50,9 puntos desde los 50,4 de abril. Una lectura por encima de 50 enteros muestra expansión de la actividad.
El incremento más fuerte de la actividad se observó en el sector de hoteles y restaurantes. Por el contrario, la actividad descendió al ritmo más rápido en las empresas de Intermediación Financiera.
Caen los pedidos
Los nuevos pedidos del sector continuaron disminuyendo, tal y como ha ocurrido ininterrumpidamente durante los últimos diez meses.
Las frágiles condiciones económicas en España desalentaron a las empresas a la hora de contratar a más personal en mayo, mientras que el empleo disminuyó por trigésimo noveno mes consecutivo. Sin embargo, la tasa de destrucción de empleo se moderó hasta la más débil desde marzo de 2008.
Los datos de mayo señalaron otra subida mensual de los precios pagados en el sector, extendiendo el actual periodo de inflación a quince meses. En contraste con la tendencia observada en los precios pagados, las empresas de servicios españolas redujeron sus tarifas a un ritmo sólido. Según los encuestados, la fuerte competencia fue la razón principal responsable de la última reducción de los precios cobrados. Las tarifas han disminuido continuamente desde agosto de 2008.
"Tal y como ha ocurrido en gran parte del año hasta ahora, el sector servicios ha mostrado pocos signos de recuperación en mayo", destaca Andrew Harker, economista de Markit y autor de la encuesta PMI.
"Las empresas continúan recortando el empleo, aunque al ritmo más lento en más de dos años. Los continuos descuentos de las tarifas a pesar del aumento de los costes ponen de manifiesto la debilidad de la demanda en el sector", añade.
En horas bajas
El colapso del sector inmobiliario español, que comenzó hace más de tres años, tumbó la confianza del consumidor y golpeó al sector de los servicios provocando una caída profunda de la actividad de los restaurantes, hoteles y en la misma calle.
Si bien se han visto algunos signos de reactivación, el tono general de la economía es de estancamiento, con una mayor actividad de las exportaciones gracias a los principales socios comerciales de España en la Unión Económica y Monetaria.