Por fin llegó el momento de conocer el dato macroeconómico más esperado de la semana: el paro registrado en Estados Unidos en el mes de mayo. Inicialmente, las previsiones del mercado no eran del todo pesimistas, pero tras los dos mazazos recibidos en estos días con la encuesta de ADP sobre el empleo en el sector privado y las peticiones semanales de subsidio, las expectativas han empeorado.
Las cifras estimadas oscilan desde los 165.000 puestos de trabajo creados que esperan los analistas consultados por Bloomberg hasta los 125.000 que prevén los expertos entrevistados por MarketWatch, pasando por los 150.000 nuevos empleos que calcula el consenso de Reuters.
Anteriormente, se apuntaba de media a que la lectura podría superar los 170.000 empleos, lo que de todas formas supone una importante moderación frente a los 244.000 trabajos que la economía estadounidense creó en abril.
En cuanto a la tasa de paro, la mayoría de analistas consideran que bajará una décima con respecto a la del mes anterior, con lo que se situará en el 8,9%.
Para los analistas, de confirmarse la esperada ralentización en el empleo se constataría que la recuperación es todavía débil, algo que indican otros datos como el de consumo local o de producción industrial.
