Mientras Grecia se afana en acelerar sus reformas y su plan de privatizaciones, no dejan de surgir voces que advierten del peligro de contagio que su crisis de deuda particular entraña para el resto de periféricos de la zona euro. Este sería el motivo principal por el que España e Italia, también en el punto de mira, estarían presionando a Atenas para que resuelva sus problemas.
Los mercados siguen dudando sobre la capacidad de Grecia de hacer frente a sus compromisos financieros -en junio tiene vencimientos por 12.000 millones de euros- y, pese a los esfuerzos del gobierno heleno por alejar los temores, no descartan que finalmente sea necesaria la reestructuración de su deuda.
España e Italia también son víctimas de la incertidumbre de los inversores: en las últimas jornadas la prima de riesgo exigida a los bonos de estos dos países está repuntando con fuerza. "Una suspensión de pagos posiblemente tendría implicaciones adversas de calificación crediticia para Grecia, posiblemente para otra deuda pública europea bajo tensión", señala la agencia de calificación Moody's, ahondando sobre un punto de vista largamente comentado.
"Cuanto más tiempo persista la actual incertidumbre sobre Grecia, mayor será la tentación tanto por parte de las autoridades griegas como de la eurozona de llevar a cabo algún tipo de reestructuración, en otras palabras, una suspensión de pagos", añade.
Este desenlace tendrá consecuencias negativas para otros países de la eurozona independientemente de la fórmula de default empleada, lo que conllevaría una creciente polarización de los ratings soberanos en Europa, con los países más fuertes conservando las notas altas y los países más débiles con dificultades para mantenerse dentro del grado de inversión.
Más presiones
El toque de atención más reciente llegó este viernes de la mano de otra agencia, S&P, que ha amenazado con rebajar el rating de Italia por su elevado nivel de deuda.
Con este panorama, Roma y Madrid son los primeros interesados en que Grecia ponga fin a la zozobra y evitar los daños colaterales, por lo que estarían presionando a su socio comunitario para que tome más medidas.
"Grecia probablemente no esperaba que los atribulados España e Italia, opuestos a la económicamente robusta Alemania, llevarían la batuta a la hora de censurarle", apunta el rotativo estadounidense The New York Times, que asegura que las fisuras en el seno de la zona euro empiezan a profundizarse.
El diario recoge declaraciones de Paul De Grauwe, economista y asesor del presidente de la CE Jose Manuel Durao Barroso, quien considera que se están desenmarañando las auténticas posiciones de los Estados y que cada uno barre para casa. "Como resultado, la cooperación se ha convertido en imposible", añade el experto.
En opinión de De Grawe, "que España e Italia estén insistiendo ahora en la necesidad de austeridad, por encima de Alemania o del BCE, es otra evidencia de que los inversores en el mercado de bonos siguen siendo la voz más poderosa en este debate".