
Desde que el 7 de junio de 2004, Rodrigo Rato recogiera el testigo de manos de Anne Krueger para dirigir el Fondo Monetario Internacional (FMI) muchos pusieron en duda su capacidad de liderazgo. Tres años más tarde, el ex ministro de Economía español abandona la institución sin pena ni gloria tras un mandato edulcorado y marcado por la falta de sobresaltos entre los países emergentes.
Aún así, el ex vicepresidente del Gobierno -que el miércoles fue relevado en su cargo de director gerente por el francés Dominique Strauss-Kahn- ha conseguido preparar el camino para importantes cambios dentro de la organización.
Sin sobresaltos
Los expertos consultados por elEconomista coinciden en afirmar que su paso por el Fondo ha sido demasiado corto como para conseguir grandes logros. Sin embargo, para Daniel Bradlow, profesor de relaciones y leyes internacionales en el Colegio de Derecho de Washington, "no existe ningún logro destacable de su mandato: no ha conseguido solventar el problema de las cuotas, ha enfadado a China por la supervisión del yuán y abandona el FMI en plena crisis de identidad", añade.
Durante una entrevista con este diario, Edwin Truman, ex asistente del Tesoro de EEUU para Asuntos Internacionales, explicaba que Rato "no ha realizado grandes propuestas y ha sido un mandatario pasivo", aunque "eso no es negativo", aclara.
Un jefe viajero
Por supuesto, los continuos viajes del ya ex director del FMI no han pasado desapercibidos a este lado del Atlántico. Sólo en sus primeros 12 meses en el cargo, el ex ministro de Economía visitó un total de 41 países, el doble que su antecesor en el cargo, Hörst Köhler, cuyo periplo por el Fondo también duró un abrir y cerrar de ojos.
John Williamson, ex consejero del FMI y del Departamento del Tesoro británico, "Rato no ha sido un director pasivo. Al contrario, ha puesto numerosas iniciativas sobre la mesa durante su mandato", afirma. "El problema es que no ha dirigido dichas propuestas hacia una conclusión final lógica", añade. El ex director del FMI "será recordado por haber iniciado una necesitada reforma de gobierno dentro de la institución".
Tony Fratto, subsecretario de prensa de la Casa Blanca, reconocía que al fin y al cabo "en el pasado el FMI sufrió muchos problemas de comunicación. Por eso, destacamos la labor de Rato en intentar reforzar las relaciones con los países con los que la institución tiene fuertes relaciones".
Kenneth Rogoff, profesor de Economía en la Universidad de Harvard y asesor en el Fondo durante el mandato del alemán Köhler, afirma que Rato "ha vivido un periodo muy benigno dentro de FMI donde los países emergentes no han dado ningún problema". Su predecesor en el cargo tuvo que hacer frente a las consecuencias de la crisis asiáticas y lidiar con las ayudas de la institución a Turquía y Argentina. Sin embargo, para el español el camino fue rodado y aunque heredó los problemas relacionados con los pagos argentinos, durante su periplo no ha tenido que lidiar con ninguna gran tormenta.
Durante su papel de capitán del FMI, el mayor reto del ya ex director gerente ha sido la puesta en marcha de una gran reforma que refleje de forma ecuánime la realidad económica mundial y otorgue más peso a los países emergentes. La primera etapa de esta reforma fue aprobada hace un año durante la reunión anual de la organización en Singapur, momento en el que México, China, Corea del Sur y Turquía lograron aumentar su participación en el capital. El problema es que Rato se va con el trabajo a medias y le deja un paquete importante al sucesor, ya que la segunda fase de dicha estrategia debería culminar en 2008.
Despedida con plusvalías
Pese a la nostalgia de abandonar el que ha sido su hogar durante los tres últimos años, el ex político español ha ganado 244.000 euros brutos con la venta de su vivienda, según el registro municipal de Washington. El ex ministro compró su casa el 20 de julio de 2004 por 1,3 millones de euros y el pasado 23 de julio la vendió por 1,55 millones. La pregunta ahora es a qué se dedicará tras su vuelta a Europa. Rato ha desmentido por activa y por pasiva su vuelta a la escena política española o europea y en los mentideros se comenta que podría poner rumbo a Londres o quizás liderar alguna gran compañía patria. Ahora, toca esperar.