La Comisión Europea nombrará hoy a Cecilio Madero director general adjunto de Competencia, responsable concretamente de la política anti-trust de Bruselas. Madero sólo tendrá jerárquicamente dos superiores: al socialista español Joaquín Almunia, vicepresidente del Ejecutivo comunitario y comisario de Competencia, y al director general de Competencia.
Dos han sido los grandes hitos en la carrera de este eurócrata español: sendas sanciones multimillonarias y de repercusión mundial a los Goliats de la informática Intel y Microsoft.
Aunque las medallas se las llevan siempre los políticos, Madero fue el hombre que movió los hilos para que la Comisión Europea impusiera en 2009 una mega multa al fabricante de microprocesadores Intel: 1.060 millones de euros de sanción por abuso de posición dominante.
Y durante toda la pasada década, fue quien puso contra las cuerdas a Microsoft, contra la que encadenó tres multas multimillonarias: 497,2 millones en 2004 por abuso de posición dominante; más 280,5 millones en 2006 y otros 899 en 2008 por desacato a Bruselas; 1.676,7 millones en total.
Casado y padre de cuatro hijas y un hijo, se licenció en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y durante cinco años trabajó en elBanco de Bilbao. En 1987, apenas tras un año del ingreso de España en el club comunitario, llegó a Bruselas con las primeras remesas de eurofuncionarios españoles, tras aprobar la oposición a las instituciones de lo que ahora es la UE.
Desde entonces ha trabajado siempre en la Dirección General de Competencia de la Comisión Europea, el departamento más poderoso e independiente de Bruselas. Entre los expatriados, ejerce de manchego, donde se crió tras nacer en Madrid. Entre los futboleros, de madridista hasta la médula.
Han pasado por sus manos dosieres como la adaptación del monopolio de Campsa, o el mercado interior de la energía. Y como jefe de Unidad se encargó de ayudas de Estado tan conflictivas y de perfil político tan elevado como la fiscalidad vasca.