Martín Herrera
Madrid, 20 oct (EFECOM).- Tanto entre los Veintisiete países de la Unión Europea como en los del Grupo de los Siete (G-7) más ricos del mundo ha habido esta semana confianza en la fortaleza de la economía mundial, pese a la crisis en los mercados financieros.
"Los fundamentos económicos de la UE son fuertes y esperamos un crecimiento sostenido", sentenció el primer ministro luso, José Sócrates, presidente de turno de la UE, el viernes, al término de la cumbre informal en Lisboa de los Veintisiete.
Dos días antes el FMI había presentado su perspectiva económica, con una bajada para el 2008 de cuatro décimas en el crecimiento de la eurozona, que quedó en el 2,1%.
El crecimiento global mundial fue rebajado por el FMI al 4,8% y el de Estados Unidos queda en un magro 1,9%.
Para España el FMI hizo la mayor corrección a la baja a un solo país. Fueron siete décimas, que dejan en el 2,7% la expectativa de crecimiento para el año próximo, frente al 3,3% que el Gobierno ha estimado.
En la cumbre comunitaria de Lisboa, el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, opuso a la crisis la solvencia y fortaleza de la economía nacional y sus instituciones financieras.
La tendencia a un menor crecimiento puede desembocar en una bajada de los tipos en la eurozona, actualmente en el 4%, con la inflación contenida y el euro robustecido, consideró un estudio del banco español BBVA.
En su reunión en Washington, el viernes, los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales del G7 procuraron calmar las turbulencias financiera,
Los mercados financieros están mejorando lentamente, pero "los problemas aún tienen que ser resueltos", dijo el representante japonés, Toshihiko Fukui.
Los ministros del G7 indicaron que el crecimiento económico sigue fuerte y tiene unas bases robustas, aunque la inestabilidad de los mercados persistirá por un tiempo más.
El secretario estadounidense del Tesoro, Henry Paulson, señaló en una rueda de prensa que los mercados hipotecarios primarios y secundarios "aún no operan de forma normal" en Estados Unidos.
Afirmó que la economía mundial puede lidiar con la crisis y que su estado de salud para este y el próximo año "sigue siendo bastante saludable", pero reconoció que la crisis de las hipotecas no ha tocado fondo y es el "riesgo actual más significativo" para EEUU.
Aparte de la persistente crisis de las hipotecas de alto riesgo y sus efectos de duración imprevisible, la semana quedó marcada por el alza del precio del crudo, que alcanzó el viernes el máximo histórico de 90 dólares el barril. Y la subida parecía imparable.
La tendencia, según algunos analistas, es que el precio se vaya a los 150 dólares para el año 2010 por la creciente demanda de los países emergentes, sobre todo asiáticos, que ha sido equiparada a la que tuvieron las naciones desarrolladas entre 1950 y 1970.
Algunos analistas creen que puede significar un obstáculo al crecimiento ese precio alto del crudo, que ya está casi en el nivel de guerra Iran-Irak ajustado por la inflación habida desde entonces.
La subida del crudo,-aparte de por las tensiones en Oriente Medio, la perspectiva de guerra de Turquía contra los kurdos del norte de Irak e inventarios muy justos-, tiene mucho que ver con la debilidad del dólar frente al euro.
El gurú estadounidense Alan Greenspan considera que la debilidad del dólar -que alcanzó en la semana un mínimo frente a una cesta de divisas internacionales-, no representa un peligro inminente para la economía de Estados Unidos.
Greenspan se mostró más pesimista que otros especialistas internacionales respecto a la posibilidad de que la primera economía mundial entre en recesión.
El Premio Nobel de Economía, el canadiense Robert Mundell, ha pronosticado que la economía estadounidense y mundial seguirá creciendo.
En una entrevista publicada el viernes dijo que siempre cuando la economía de Estados Unidos se debilita se deja caer el dólar. "¡Y su economía se recupera enseguida! Los europeos -que son todavía la parte débil de esa ecuación cambiaria- no deben pagar los problemas de Estados Unidos", dijo.
También consideró que la crisis de las hipotecas está sobredimensionada y que el crudo sube por la perspectivas de mayores ganancias, porque los países productores creen que la economía estadounidense y mundial puede pagarlo. EFECOM
ff/mdo