Economía

BM denuncia impacto negativo subsidios OCDE sector agrícola de Latinoamérica

Teresa Bouza

Washington, 19 oct (EFECOM).- El Banco Mundial (BM) denunció hoy el impacto negativo de los subsidios de los países ricos sobre las exportaciones agrícolas de América Latina, aunque destacó que eso no ha impedido el éxito del sector agropecuario y de biocombustibles.

Esas son algunas de las conclusiones que se recogen en el informe anual sobre desarrollo global publicado hoy por el organismo multilateral.

El estudio, que lleva el título de Agricultura para el Desarrollo, recuerda que el sector agrícola emplea al 30 por ciento de la fuerza laboral en América Latina y el Caribe y contribuye en un siete por ciento al crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB).

Pese a que la contribución económica no es muy elevada, el BM aseguró hoy que tanto América Latina como el resto de regiones en desarrollo necesitan invertir más en agricultura si quieren alcanzar su objetivo de reducir la pobreza extrema a la mitad para el año 2015.

El organismo insiste en que la agricultura y el sector rural han sufrido de negligencia y escasas tasas de inversión durante las dos últimas décadas.

El BM habría tenido, de todos modos, bastante que ver en esa negligencia, según una evaluación independiente realizada a nivel interno que reveló recientemente que el propio Banco incitó al pecado del que ahora acusa a los demás.

El análisis del Grupo de Evaluación Independiente (IEG, por su sigla en inglés) destaca que la institución financiera relegó al sector agrícola a un segundo plano durante años en el África subsahariana, donde la mayoría de la población depende del campo para su subsistencia.

El citado estudio saca a colación, por ejemplo, que durante las décadas de 1980 y 1990, cuando los gobiernos africanos sufrían severas crisis fiscales, el BM instó al sector público a retirarse de la agricultura, al asumir, erróneamente, que el sector privado cubriría el vacío dejado por los Estados.

El documento destaca que las políticas del BM de las décadas 1980 y 1990, que instaron a los gobiernos africanos a reducir o eliminar los subsidios a los fertilizantes, eliminar los controles de precios y privatizar, pueden haber mejorado la disciplina fiscal, pero no la producción alimenticia en un continente que se muere de hambre.

El Banco Mundial asegura que las conclusiones de ese informe son cosa del pasado e insiste en que ha adoptado ya la principal recomendación del análisis independiente, la de invertir más en el sector agrícola.

El estudio menciona, en ese sentido, que el BM comprometió 3.100 millones de dólares en ayuda a la agricultura y el sector rural en el mundo durante el año fiscal 2007, una cifra que ha aumentado por cuarto año consecutivo, según el organismo.

"El Banco planea seguir aumentando su respaldo a la agricultura y el desarrollo rural, tras la caída en el volumen de préstamos durante las décadas de los 80 y 90", aseguró la institución en un comunicado divulgado hoy.

Por su parte, el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick, indicó que una agenda agrícola dinámica "puede ayudar a los alrededor de 900 millones de personas en el mundo en desarrollo que viven con menos de un dólar diario, la mayoría de ellas trabajadoras del sector agrícola".

El ex representante de Comercio Exterior de EE.UU. instó a los países a eliminar las subvenciones que alteran artificialmente los precios y a abrir sus mercados.

En cuanto a las distintas regiones del mundo, el estudio apunta que pese a que en los países urbanizados, sobre todo de América Latina y el Caribe, así como de Europa del Este y Asia Central, la agricultura tiene una ligera contribución al PIB, pues las áreas rurales alojan a alrededor del 45 por ciento de los pobres.

Por ese motivo, el Banco insiste en la necesidad de vincular a los pequeños productores con los mercados de distribución y facilitar el acceso a trabajos remunerados en zonas rurales.

En países como China, India y Marruecos el BM anima a los dirigentes a reducir la brecha entre el sector urbano y agrícola, que es, además, fuente de tensiones sociales.

En el África subsahariana, contrariamente a lo que sostenía hace una décadas, el Banco recomienda ahora afrontar con urgencia el escaso gasto público en la agricultura.

Los países ricos como EE.UU. deben, por su lado, poner fin a las subvenciones a productos como el algodón, que impiden a los pequeños productores africanos competir en los mercados globales, señaló. EFECOM

tb/ap

(con fotografía e infografía)

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