Cuando parecía que los mercados de deuda periférica daban una tregua... las tensiones volvieron a resurgir. Los parqués europeos se tiñeron de rojo en una jornada en la que la bolsa española, lastrada por el sector bancario, lideró las caídas del continente al ceder un 1,51 por ciento y cerrar en los 10.622 puntos.
Buena prueba de que la percepción de riesgo se intensificó es que ayer los costes de asegurarse contra los impagos de BBVA y Santander -perdieron en bolsa un 2,62 y un 2,29 por ciento respectivamente- eran los más caros de los grandes bancos mundiales al elevarse sus CDS hasta los 196 y los 185 puntos básicos, respectivamente. Un día antes, el CDS de Santander se situaba como el cuarto más elevado después del de BBVA, Nomura y RBS. Malas noticias que coincidieron con los recortes de valoración que recibieron de JP Morgan y Unicredit. Pero la correción no se limitó a los grandes bancos españoles, sino que el resto de las entidades también saldaron la jornada con pérdidas. Bankinter se dejó un 2,87 por ciento, mientras que Popular y Sabadell se dejaron un 2,18 y 1,39 por ciento respectivamente. Caídas que se producen después de que los resultados bancarios de ambos lados del Atlántico no terminan de convencer y por la pérdida de credibilidad que supuso el malentendido con el tema de las inversiones en el sistema financiero español del fondo soberano China Investment Corporation (CIC).
Y puede que estas correcciones se prolonguen a corto plazo. "Podríamos estar al principio de una corrección, que podría llevarnos a niveles de 10.500/ 10.400 puntos y a partir de ahí volver a subir", afirma, Guillermo Escribano, analista de Metagestión.