Los empleados protestarán mañana coincidiendo con una visita a España de la consejera delegada del grupo
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
Kraft Foods cerrará este año la sede de su centro de servicios European Business Service Centre (EBSC) en Madrid, que actualmente tiene 74 empleados fijos, con el objetivo de concentrar todas las actividades de este centro en la sede de Bratislava (Eslovaquia), que considera "más competitiva".
Según informó la multinacional alimentaria, el grupo ha abierto un proceso de negociación con los representantes de los trabajadores y ha afirmado que "podría ofrecer posiciones" en Bratislava y en España a aquellos empleados interesados.
"Kraft tratará a todos los empleados afectados por esta medida con equidad y respeto", garantizó la compañía, que apuntó que los procesos y las "condiciones de salida" seguirán los cauces legalmente establecidos.
Por su parte, CC.OO. anunció en un comunicado que los trabajadores de Kraft se concentrarán mañana ante las oficinas centrales de Madrid para protestar por el cierre del centro, con el "despido de 73 personas", coincidiendo con una visita a España de la consejera delegada de la multinacional, Irene Rosenfeld.
El grupo explicó que la consolidación en Eslovaquia del EBSC, que presta servicios transaccionales para sus compañías en Europa, se debe a la falta de competitividad de su actual estructura de centros de servicios a escala europea.
"Los costes de transacción de Kraft son significativamente mayores que la media de las empresas europeas que cuentan con este tipo de centros", sostiene la alimentaria, que también asegura que la productividad del EBSC está por debajo de la media de los centros de servicios establecidos en Europa.
Según apunta, la sede de Eslovaquia es más competitiva que la de Madrid, ya que realiza un mayor volumen de transacciones y sus instalaciones permiten consolidar todas las actividades del EBSC "a un coste asumible".
Por otro lado, CC.OO informó de que durante la protesta de mañana los trabajadores denunciarán también la falta de compromiso de esta empresa con España, al haber suprimido los contratos que tenían con Quesería Menorquina, propiedad de Nueva Rumasa, en Mahón (Menorca), y "dejar en la estacada" a su plantilla, tras el fracaso de gestión por la empresa de la familia Ruiz-Mateos, a la que Kraft traspasó su planta.
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