París, 18 oct (EFECOM).- El Gobierno francés se mostró hoy abierto al diálogo en plena huelga contra la reforma de los regímenes especiales de pensiones, mientras los sindicatos aprovechaban el gran seguimiento del paro en el transporte para exigir una verdadera negociación que cubra todo.
"La huelga no impide el diálogo", señaló el ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, que en la sesión de control al Gobierno en el Senado insistió en que la reforma "será progresiva" en los regímenes especiales, de los que se benefician medio millón de empleados esencialmente de los ferrocarriles, los transportes urbanos y las compañías estatales de energía EDF y GDF.
En cualquier caso, el ministro insistió en que "la responsabilidad del Gobierno es tener éxito en esta reforma" porque sin ella "nadie puede garantizar" que los acogidos a esos regímenes podrán cobrar sus pensiones "en cinco, diez, o quince años".
El portavoz del Gobierno, Laurent Wauquiez, lo había dicho con términos más claros por la mañana: "el aumento del periodo de cotización es algo en lo que no podemos ceder".
Un punto en el que choca de plano con las reclamaciones de los sindicatos convocantes de la huelga, que quieren "verdaderas negociaciones", como señaló la Confederación General del Trabajo (CGT).
El secretario general de la CGT, Bernard Thibault, advirtió de que ellos habían planteado un paro de 24 horas para hoy pero "si el Gobierno siguiera en una posición intransigente, naturalmente tendríamos que contemplar la continuación".
Thibault reiteró su argumentación de que la reforma de los regímenes especiales que ahora se plantea no constituye más que "una anticipación de una tercera reforma" que afectará a los sistemas de pensiones de todos los trabajadores.
El paro tuvo un impacto generalizado en la compañía de ferrocarril SNCF, donde la dirección reconoció que casi las tres cuartas partes de los empleados estaban en huelga, lo que se tradujo en que apenas poco más del 5% de los trenes circularon normalmente.
La situación no era mucho mejor en el transporte urbano de París, -con la mayor parte de las líneas de tren paradas o con poco tráfico- y en la mayor parte de las otras 28 ciudades del país donde se había convocado el paro.
En el sector de la energía, las cifras de seguimiento de las movilizaciones variaban ostensiblemente entre las direcciones de las empresas (43% en EDF y 45,5% en GDF) y los sindicatos (80%).
Los sindicatos reunieron a decenas de miles de personas en muchas ciudades del país, y en particular en París, adonde acudieron los principales líderes sindicales.
El principal punto de la reforma planteada por el Gobierno es aumentar el periodo de cotización que da derecho a una pensión completa en los regímenes especiales de los 37,5 años actualmente a 40, para equipararlo al del resto de los asalariados.
El de hoy es el primer gran choque social que afronta el gobierno del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y para muchos evoca los paros del transporte que paralizaron buena parte del país a finales de 1995, y que acabaron costando el cargo al entonces primer ministro, el conservador Alain Juppé. EFECOM
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