Economía

La reforma de los convenios y el alto IPC estancan las revisiones salariales

El presidente del a CEOE, Juan Rosell. Foto: Archivo

Con los precios disparados y con la reforma de la negociación colectiva en proceso, las empresas se muestran reacias a pactar las revisiones salariales de este año. En lo que llevamos de ejercicio, sólo se han registrado 1.462 convenios colectivos frente a los 2.811 que ya se habían firmado, por ejemplo, por estas fechas de 2009.

Además, estos acuerdos afectan a menos de la mitad de los trabajadores que sí que tenían reguladas sus condiciones laborales en 2009, es decir, sólo 2,7 millones de asalariados están adscritos a un convenio frente a los 6,2 millones de hace dos años.

Los escollos

Las altas tasas de inflación registradas en enero y febrero de este año -3,3 y 3,6%, respectivamente- no benefician a la moderación salarial que necesitan las empresas. Más aún si los convenios siguen tomando de referencia el IPC. Por supuesto, el acuerdo firmado en 2009 para los próximos tres años y que tenía como meta contener los salarios hasta que pasase el temporal económico, no parece que haya tenido mucho efecto.

Para 2011, entre el 1 y el 2% era la subida de sueldo recomendada. Nada que ver con el incremento registrado en los convenios de enero a marzo, que arroja una media del 3,06%.

A este obstáculo se suma la incertidumbre de una reforma de la que todavía no se prevé ningún final concreto, y que puede poner patas arriba los pilares de la negociación colectiva actual. Pero esta incertidumbre no es nueva. Los agentes sociales llevan casi un año hablando de la necesidad de reformar la negociación colectiva y esta indecisión se puede apreciar en la parálisis de la renegociación de los convenios desde el pasado año.

Semana clave

Según las previsiones del Gobierno, se espera que esta semana o, a mucho tardar, a principios de la que viene, el acuerdo de reforma estará listo. Ayer mismo, no obstante, fuentes sindicales declararon que "no estamos en la antesala del acuerdo, persisten las diferencias".

La firma no traerá la tranquilidad que le hace falta a las negociaciones. El Gobierno tendrá que decir si respeta el acuerdo tal cual o si introducirá algún cambio y después vendrá el trámite parlamentario. Es decir, hablamos de meses hasta conocer con seguridad cuáles serán las nuevas pautas que regirán los convenios.

El "para qué vamos a cerrar un acuerdo ahora, si dentro de unos meses puede que cambie" es la frase más escuchada entre los encargados de negociar los convenios colectivos. Además, con una inflación por encima del 3%, los interlocutores de los empresarios prefieren esperar por si se rebaja el peso que tiene ahora el IPC en la revisión salarial o por si los convenios provinciales pasan a mejor vida en pro de los sectoriales.

Los empresarios prefieren esperar

Aunque en un primer momento el freno de la firma de convenios se justificaba en un cambio de estadísticas acometido por el Ministerio de Trabajo, los empresarios e incluso fuentes de Trabajo afirman que actualmente las negociaciones están paradas.

Los responsables de las patronales prefieren no cerrar ningún acuerdo ahora y seguir funcionando con el convenio anterior, que a pesar de que esté caducado se sigue prorrogando indefinidamente, influido por la ultraactividad, que es uno de los puntos revisables. De esta forma, cuando la nueva estructura de la negociación se active, no tendrán el yugo de un convenio recién firmado, sino que podrán beneficiarse de la modernización de la estructura para aplicarla mejor a las condiciones de su empresa.

Y es que la rigidez de los convenios ya ha sido más que demostrada. El ejercicio de 2009 fue buena prueba de ello. A pesar de que el IPC registró tasas negativas, las revisiones se seguían aplicando con una errónea previsión de inflación del 2%. El año cerró con una subida de precios del 0,8% y con unas alzas salariales cercanas al 3%.

Y las huelgas...

Otro síntoma del estancamiento de las negociaciones es la actitud que han tomado las federaciones sectoriales y territoriales de los sindicatos. Si bien en 2009 las centrales presionaron al máximo para renovar todos los convenios del año anterior a través de movilizaciones como la celebrada en el sector del metal, este año no se escuchan tantas voces.

Los sindicatos tienen en cuenta la situación de crisis: la falta de crédito de las compañías, el goteo de cierre de empresas en estos años y la preferencia de sus afiliados de conservar su puesto de trabajo sea como sea. Así que no presionan más de la cuenta.

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