
Todo el mundo escuchó atentamente las palabras del presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke. Desde Stone Mountain, Georgia, el guardián de la economía de EEUU aseguró que el alza en el precio de las commodities es transitoria y no se traducirá en una mayor presión inflacionista para el país.
De todas formas, Bernanke se mostró bastante cauto y afirmó que si se equivocase y el fantasma de la inflación llegara para quedarse, el banco central tiene las herramientas y medidas adecuadas para controlar la situación.
"Creo que mi punto de vista sobre la inflación es que es obvio que estamos viendo una subida de precios?, aseguró el economista quien atribuyó la situación a las condiciones de oferta y demanda globales. Sin embargo, apuntó rápidamente que esta situación "se estabilizará". "Creo que el incremento de inflación será transitorio", afirmó.
Aún así, el presidente de la Fed determinó que hay que monitorizar la inflación y sus expectativas muy de cerca ya que si nuestras asunciones no son correctas "tendremos que responder" a la nueva situación. Con este mensaje, el funcionario del banco central de EEUU atacó al grupo minoritario de halcones de la Reserva Federal que afirman que es preciso comenzar a subir los tipos de interés en el país.
No hay que olvidar que durante las últimas semanas hemos escuchado al presidente de la Fed de Filadelfia, Charles Ploseer, o al de Dallas, Richard Fisher, han puesto de manifiesto la necesidad de comenzar a endurecer la política monetaria de EEUU para poder mantener cierto control en los precios. De todas formas, en estos momentos, la atención está puesta en el próximo junio, cuando el banco central de por terminado su programa de recompra de activos y bonos (QE2) valorado en 600.000 millones de dólares.
Algunos afirman que el término de este programa podría desatar una subida de precios espectacular si Bernanke y sus chicos no llevan a cabo una subida agresiva de tipos. Aún así, el pasado viernes, el presidente de la Fed de Nueva York, William Dudley, avisó de que todavía es pronto para subir tipos ya que la economía de EEUU todavía está lejos de conseguir un máximo rendimiento sostenible de empleo y estabilidad en los precios.