Economía

El Gobierno busca empleo a los parados extranjeros en sus países de origen

Obrero de la construcción. Imagen: Archivo

El destino España se ha apagado y con él la llegada de inmigrantes, que "se ha reducido hasta prácticamente a cero" en la actualidad, según la secretaria de Estado de Inmigración, Anna Terrón. Durante 2010 sólo llegaron 6.000 extranjeros, frente a los 100.000 de 2009 o los 400.000 de 2008.

Y de los residentes en España, más de un millón está en situación de desempleo. En total, el 30 por ciento de los extranjeros que son aptos para trabajar no tiene trabajo.

Las cifras de la Encuesta de Población Activa hablan por sí solas: el destino España se ha apagado. Ya no hay empleo y el gasto de los subsidios para mantener el lastre del paro pesa demasiado. Así que el Ministerio de Trabajo va a reforzar el Plan de Retorno Voluntario, que puso en marcha en 2008 para fomentar el regreso de los extranjeros a sus países, con acuerdos bilaterales firmados con los Gobiernos de estos países.

Se trata de aprovechar la experiencia profesional que han conseguido los inmigrantes que se encuentran en desempleo para saciar la demanda de mano de obra que sufren algunos países. En definitiva, casar las ofertas de empleo de allí con los desempleados extranjeros de aquí.

Uruguay, el primero

Actualmente, la Secretaría de Estado de Inmigración está entablando conversaciones con países no comunitarios para preparar dichos acuerdos. Por ahora, ya se ha firmado el primero con Uruguay. Aunque la nacionalidad uruguaya no es la que más predomina entre los inmigrantes de España, el país sudamericano es uno de los que menos fuerza laboral tiene, menos de un millón de trabajadores. Y mantiene su tasa de paro a raya en torno al 8 por ciento con una moderada demanda de empleo.

Esta medida se implantará a través de las oficinas públicas de empleo. Para ello, es necesario que los extranjeros interesados estén inscritos en las listas del paro, en las que sólo figuran 630.000 inmigrantes. Además, aceptar una oferta de empleo del país de origen no supone el rechazo de la prestación de desempleo de España. El parado podrá adherirse al Plan de Retorno Voluntario. De esta forma, capitalizaría el 40 por ciento de la prestación a la que tenga derecho antes de abandonar el país y recibir el 60 por ciento restante entre los 30 ó 90 días siguientes a recibir el primer pago. Eso sí, al adherirse a este plan de ayuda, el extranjero asume la condición de no retornar a España en un plazo mínimo de tres años para residir o realizar una actividad lucrativa o profesional en nuestro país.

A otro ritmo

El ritmo de crecimiento de algunos países de América Latina nada tiene que ver con los de Europa. El informe del Fondo Monetario Internacional del mes de octubre elogiaba el ritmo de estos países. El crecimiento de muchas economías está basado en una fuerte demanda interna. El estudio destacaba lo positivas que eran sus perspectivas a corto plazo.

Entre ellos se encuentra Chile. La previsión del Gobierno es que el PIB crezca este año en el entorno del 6 por ciento. Y éste es uno de los países con el que España está negociando. Su economía carece de mano de obra para satisfacer la demanda del sector de la construcción, una actividad que se ha visto incrementada tras el terremoto de febrero de 2010.

El presidente del país, Sebastián Piñera, cuando asumió el puesto, prometió crear un millón de puestos de trabajo en los próximos cuatro años. Hasta ahora, ya se ha creado medio millón, buena parte de ellos se deben a la reconstrucción del país después del terremoto de febrero de 2010, cuyo proceso ya ha alcanzado la mitad del camino. En total, se destruyeron 220.000 viviendas que se deben volver a levantar, al igual que todas las infraestructuras que se vieron dañadas.

Aparte del sector inmobiliario, la minería, la agricultura o la industria también absorben mano de obra.

Por supuesto, otros países como Perú o Ecuador también podrán ser objetivo de estos acuerdos bilaterales. De hecho, los colectivos de ecuatorianos y peruanos en España son los que más están viendo reducida su presencia en nuestro país.

Los últimos datos de inmigración a 31 de diciembre de 2010 confirman esta tendencia, siendo la primera vez que se registra un decrecimiento en el número de extranjeros. El número de ecuatorianos se redujo más de un 10 por ciento y el de peruanos, un 5,5. La demanda de sus países está provocando un efecto retorno.

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