
Mucho se ha hablado sobre el oscarizado Inside Job, documental que analiza a través de entrevistas a financieros, políticos y periodistas las causas y los responsables de la última crisis económica mundial. El catedrático de Estructura Económica de la Universidad Ramon Llull Santiago Niño Becerra también le dedica unas palabras en uno de sus artículos, que concluye con la opinión de que, aunque "sea frustrante admitirlo, nadie tuvo la culpa". En su opinión, "se hizo lo que se podía hacer, partiendo de la base de que los humanos siempre queremos más".
En su blog La Carta de la Bolsa, Niño Becerra apunta sobre el documental que es un "muy buen montaje de expone, pero no concluye, ni traza las consecuencias de lo sucedido". En su opinón, faltan quince minutos para detallar el período 2009-2010.
Lo verdaderamente novedoso del film es que trenza muy bien una serie de razonamientos vinculando a políticos y banqueros de tal forma que el planteamiento completo es: "los bancos y las agencias de calificación tuvieron la culpa porque los políticos les permitieron hacer lo que hicieron", señala Niño Becerra.
El catedrático asegura que "queda claro que los bancos podían haber hecho las cosas de otra manera, y los políticos hubieran podido no eliminar las regulaciones que eliminaron, y la política fiscal y la monetaria hubieran podido corregir desviaciones, y las empresas y las familias hubieran podido entender que esa capacidad de endeudamiento que parecía infinita no lo era y que los créditos que tan alegremente solicitaban y tan fácilmente obtenían había que devolverlos".
A su juicio, "las cosas hubieran podido hacerse de otra manera y todo eso hubiera podido haberse contemplado, pero entonces hubiésemos crecido mucho menos de lo que hemos crecido".
Por eso sentencia que, "por muy frustrante que sea tener que admitirlo, nadie tuvo la culpa". A lo que añade: "Se hizo lo que se podía hacer porque no podía hacerse otra cosa ya que en cada momento se puede hacer lo que se puede partiendo de la base de que los humanos siempre queremos más". Se hizo lo que podía hacerse, "lo que sucede es que todo en esta vida tiene consecuencias; y el pasado siempre acaba pasando factura", concluye el catedrático.