Economía

Se derrumba negociación que habría elevado poder de España en FMI

César Muñoz Acebes

Washington, 6 oct (EFECOM).- Las negociaciones para redistribuir el poder en el seno del FMI, que apuntaban a una alza significativa del voto de España, se han colapsado por el enfrentamiento entre países industrializados y naciones en desarrollo, según revelaron a EFE diversas fuentes.

"En la última semana el proceso se ha atrancado totalmente", dijo un miembro del Consejo Ejecutivo, que pidió no ser identificado. "No sé si tiene resurrección. Lo veo imposible", apostilló.

El director gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Rodrigo Rato, ha hecho de la reforma del organismo la misión principal de su mandato, por lo que el fracaso de las conversaciones empañará su salida de la institución, el próximo 31 de octubre.

La redistribución del poder en los órganos de gobierno del Fondo para dar más voz a los países emergentes es uno de los temas principales de la Asamblea Anual conjunta del organismo con el Banco Mundial, que tendrá lugar dentro de dos semanas en Washington.

Habrá declaraciones sobre "progresos" en las conversaciones, pero todo se quedará en agua de borrajas, según la fuente, que descartó que pueda haber un acuerdo en la Asamblea sobre el nuevo reparto de poder.

A su juicio, la culpa la tienen algunos países industrializados reacios a ceder poder, así como las naciones emergentes por exigir demasiado.

España actualmente cuenta con un 1,4 por ciento del voto en el FMI, pese a que su economía equivale a aproximadamente el 2,25 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) mundial.

Este desfase se debe a que el reparto de poder en el Fondo se ha quedado anquilosado en la geografía económica del mundo de 1944, cuando se creó.

Países que han crecido mucho desde entonces, como China, Corea del Sur, Turquía, México, Irlanda y la propia España están infrarepresentados, según reconocen todos los expertos.

"Necesitamos desesperadamente una institución que refleje la economía mundial actual, pero estamos en una especie de atasco" en las conversaciones, reconoció Timothy Adams, quien fue uno de los impulsores del proceso como subsecretario del Tesoro de EEUU, un cargo que ocupó hasta principios de año.

En los últimos meses, el Consejo Ejecutivo del Fondo ha sopesado numerosas fórmulas para redistribuir el poder. En ellas España recibía entre el 1,7 y el 1,9 por ciento del voto total en la institución. Eso significaría un aumento de entre el 21 y el 36 por ciento en su peso actual.

España no llegaría a tener el mismo voto que su porcentaje del PIB mundial porque la reforma prevé un incremento de los votos básicos, que se otorgan a todos los países por igual y que benefician a las naciones pobres.

La última ecuación sobre la mesa contemplaba que los países industrializados como grupo renunciasen a tan sólo un 2 por ciento de su poder en favor de las naciones en desarrollo, algo que éstas han rechazado y que algunos analistas independientes también consideran insuficiente.

"Nadie cree que un 2 por ciento vaya a hacer nada. Es ridículo", dijo Morris Goldstein, ex subdirector del departamento de análisis del FMI.

"La nueva fórmula es similar a la primera y apunta a una perpetuación del status quo", señaló, por su parte, Edwin Truman, quien dirigió el departamento de Finanzas Internacionales de la Reserva Federal de EEUU durante veinte años.

Los países en desarrollo solicitaron como mínimo una cesión del 5 por ciento del poder.

No obstante, ese reajuste conllevaría que China, que actualmente tiene un 3,66 por ciento del voto, ganara más peso en el FMI que Francia y Reino Unido, que tienen un 4,86 por ciento cada uno, algo "imposible políticamente" en este momento, según la fuente del Consejo Ejecutivo.

Además del tira y afloja entre el Norte y el Sur, hay conflicto entre los propios países en desarrollo, puesto que las naciones que han crecido menos que la media perderían terreno con la revisión de la fórmula.

América Latina, con la excepción de México, sería la gran perjudicada, debido al estancamiento económico que sufrió en los 80 y 90. EFECOM

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