Decenas de miles de ciudadanos se unieron en las principales ciudades lusas para protestar contra la precariedad laboral y las injusticias sociales en Portugal, que vive su peor crisis económica en treinta años.
Las manifestaciones, promovidas por el movimiento juvenil "Geracao á rasca", aglutinaron a portugueses de todas edades e ideologías políticas y reunieron en las mayores urbes del país, Lisboa y Oporto, a más de 50.000 participantes, según cálculos oficiales.
Convocadas como protestas independientes políticamente, laicas y pacíficas, la masiva afluencia de las concentraciones se produce un día después de que el Gobierno socialista anunciase nuevos recortes económicos en el país que pretenden reducir drásticamente el déficit portugués del 7,3 por ciento en 2010 al 2 % en 2013.