Economía

Los países del Este aprovechan la "excusa" de la crisis de deuda para bajarse del euro

Varios países de la UE están a la cola para incorporarse en el euro. Pero puede que no tengan en mente darse mucha prisa por hacerlo. La crisis de deuda soberana les a dado la "excusa" perfecta para esquivar las exigencias de Bruselas para adoptar la moneda única.

Polonia, República Checa y Hungría están en esta situación. En vista de los problemas que están atravesando otros estados miembros de la Unión Europea derivados de la crisis de deuda y de los ajustes y reformas que han tenido que poner en marcha, están prefiriendo bajarse del carro.

En 2008 y 2009, políticos del Este intentaron recabar apoyos entre compañeros europeos para pedir que se acelerasen los trámites para poder entrar en el euro para protegerse de las fluctuaciones del mercado.

La cuestión monetaria

Sin embargo, ahora esos mismo dirigentes se están replanteando los plazos: disponer de flexibilidad monetaria les está ayudando a capear mejor la crisis global.

Polonia, el único país de toda la UE cuya economía no se contrajo en 2009, preparaba el cambio de moneda para 2012. Ahora, se trata de una medida que "no está en la agenda", según indicaba en diciembre un asesor del primer ministro, Donald Tusk.

En el caso de Hungría, fue el propio mandatario, Viktor Orban, quien aseguró el pasado mes de febrero que se trata de algo "inimaginable antes de 2020". Su homólogo checo, Petr Necas, indicó a finales del año pasado que su país tiene "de facto" una opción de retirarse del proceso de integración a la zona euro y que rechazarán la divisa comunitaria si se comprueba que es más beneficioso para el país mantener la moneda local.

Duras reformas

Pero los motivos no se limitan a los tipos de interés. Los analistas consultados por Bloomberg también señalan el hecho de que los líderes europeos, encabezados por Angela Merkel, están endureciendo los objetivos y las reformas en materia laboral, fiscal o presupuestaria. Y cabe la posibilidad de que estos países de la antigua Unión Soviética, con sus propios problemas económicos y sus propias recuperaciones incipientes, no quieran o no puedan ceñirse a ellos.

"Es un buen argumento para los gobiernos decir que el euro está atravesando serios problemas y que es mejor esperar y ver. Pero realmente es sólo una excusa porque cumplir estos criterios es duro", afirma Michael Ganske, de Commerzbank en Londres.

Nigel Rendel, economista de RBC Capital Markets coincide: "Es una excusa conveniente y puede desviar la atención de las medidas que ellos necesitan acometer en para contrarrestar el déficit o de los cambios estructurales". "Son buenas noticias para los euroescépticos", añade.

Diferenciales bajo control

También está el factor de la rentabilidad de su deuda. Aunque según algunos expertos el euro podría favorecerles a la hora de reducir los diferenciales de los bonos, lo cierto es que la presión que los mercados ejercen sobre los periféricos hace que el rendimiento exigido a los títulos de República Checa, Polonia y Hungría estén por debajo del de Grecia y cerca de los que registran Portugal o España.

Sin embargo, mucho expertos coinciden en que prolongar esta ausencia del club del euro acabará afectando negativamente a estos países. La precaución es "comprensible", indica el economista jefe en Europa de Nomura, pero cada año que "están fuera ponen en riesgo los beneficios de formar parte de una unión monetaria fuerte", añade.

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