Economía

Los sindicatos europeos torpedean el fondo de rescate de países del euro

Foto: Archivo

Han despertado con un año de retraso, pero amenazan con hacer mucho ruido. Los sindicatos europeos, con los belgas como punta de lanza, se están planteando bloquear Bruselas el jueves 24 de marzo, primer día de la cumbre en la que los jefes de Estado o de Gobierno de los 27 países de la UE deberían alcanzar un acuerdo para reforzar y flexibilizar el fondo de rescate de países del euro al borde de la quiebra. También advierten que podrían torpedear los cambios legislativos necesarios para poner en marcha el mecanismo de ayuda.

La intención de la posible movilización del 24 de marzo sería impedir el acceso a Bruselas por carretera, tren o avión y paralizar los transportes urbanos. Objetivo: que los dirigentes europeos se las vean y se las deseen para llegar al edificio del Consejo Europeo.

"Hay que dar la campanada. La pareja Merkel-Sarkozy intenta imponer un pacto de competitividad que podría ser una amenaza para el mecanismo de indexación automática de salarios [subidas salariales en paralelo al alza de la inflación] y para el mantenimiento de la edad de jubilación en los 65 años", ha defendido este lunes, según el diario La Libre Belgique, Nico Cué, secretario general de la sección de Metalurgia de la Federación General del Trabajado de Bélgica.

En la cumbre europea del 24 y 25 de marzo, los dirigentes de países en apuros como Portugal o España pedirán mejoras en el fondo de rescate. Mientras que Alemania les exigirá que, a cambio, se comprometan a respetar un pacto de austeridad salarial y presupuestaria bautizado como pacto de competitividad. En realidad, el pacto de competitividad podría quedar acordado en la cumbre que los dirigentes de los 17 países de la zona euro celebrarán también en Bruselas el 11 de marzo.

Torpedear los cambios legislativos

Después de que a lo largo de todo el año 2010 los Gobiernos europeos negociaran la creación del fondo de rescate, y las intervenciones para apuntarlar a Grecia e Irlanda, la Confederación Europea de Sindicatos se despertó en enero de 2011 y envió una carta en la que amenazaba con torpedear el proceso.

La amenaza se materializaría atacando los cambios legislativos necesarios para que el actual fondo de rescate (creado de manera temporal el año pasado) no pueda ser reemplazado cuando expire a mediados de 2013 por un mecanismo permanente. La UE debe cambiar los tratados, y todos y cada uno de sus 27 Estados debe ratificar tal modificación.

Si los sindicatos logran crear un clima de opinión desfavorable en alguno de los países del club comunitario, el castillo de naipes se puede venir abajo. El descontento es palpable en Alemania, cuyos ciudadanos y políticos son reticentes a suavizar las condiciones con las que estaría dispuesta a prestar ayuda. Y en Grecia e Irlanda, que consideran que sus socios les han impuesto unas condiciones hostiles.

Los sindicalistas acusan a los Gobiernos y a las instituciones europeas de utilizar la coyuntura para atacar el modelo social europeo, puentear el diálogo entre los interlocutores sociales e imponer recortes a los derechos y a las condiciones de vida y laborales de los trabajadores del Viejo continente. Y califican de "colonial" el trato dado a los dos países del euro que hasta ahora han necesitado ser rescatados: Irlanda y Grecia.

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