El precio de la vivienda en China sigue subiendo a pesar de los intentos de Pekín por frenar la especulación y tratar de prevenir la formación de una burbuja en el mercado inmobiliario. En enero, los inmuebles nuevos se encarecieron un 10% interanual.
Según ha informado hoy el Buró Nacional de Estadísticas en su página web, el porcentaje corresponde al valor medio en las 70 mayores ciudades de china, con avances del 6,8% en Pekín, y de un 1,5% en Shanghay.
En el caso de la vivienda de segunda mano, al menos en seis ciudades chinas su precio se disparó por encima del 10 por ciento.
Desde enero, la Administración china aplica un nuevo sistema de cálculo, que incorpora también los registros de la propiedad en Internet.
China registra una gran burbuja inmobiliaria debido a que los ahorros de la población y de los especuladores, que según diversos cálculos podría alcanzar hasta la mitad del PIB chino, consiguen mayores beneficios invirtiendo en bienes raíces o bolsa que en el banco.
Además, en las últimas décadas las empresas estatales dejaron de proporcionar vivienda a los obreros chinos, por lo que la mayor población del mundo se está viendo obligada a adquirir una casa, con precios prohibitivos a pesar del bajo nivel salarial del país asiático.
Por eso, Pekín está poniendo en marcha medidas con las que intenta poner fin al problema. El pasado mes de enero, decidió dificultar la compra de segundas viviendas elevando la suma inicial que deberán pagar los compradores de la segunda residencia, que pasa del 50 al 60% del valor de la propiedad.