Economía

Gobierno aplaza para después de 2008 el gran esfuerzo para equilibrar cuentas

París, 26 sep (EFECOM).- El Gobierno francés, que había hablado con catastrofismo de la situación de las cuentas públicas, no aplicará recortes severos en su proyecto de presupuestos para 2008, salvo en la disminución del número de funcionarios, y aplaza para más tarde las demandas europeas para atajar los números rojos.

La medida más ambiciosa del proyecto de presupuestos para el año próximo presentado hoy en Consejo de Ministros es la supresión de 22.921 puestos de funcionarios, lo que equivale a uno de cada tres de los que se jubilen, con el objetivo de llegar a uno de cada dos al final de la legislatura.

El grueso de esas supresiones se harán en los ministerios de Educación (11.200), Defensa (6.037), Economía (2.830) e Interior (2.306), mientras que aumentarán en Justicia (1.615).

Más allá del número de funcionarios, que permitirán un ahorro de 458 millones de euros, el Estado no se apretará significativamente el cinturón, como queda en evidencia con un déficit previsto de 41.996 millones de euros, casi idéntico a los 41.996 millones programados en el presupuesto de 2007, aunque el Gobierno al final espera limitarlo este año a 38.300 millones.

En total, el déficit público francés el año próximo debería ser del 2,4% del Producto Interior Bruto (PIB), una décima menos de lo esperado en 2007 y la deuda pública dos décimas menos hasta el 64%.

Esfuerzos mínimos que difícilmente contentarán al comisario europeo de Asuntos Económicos, Joaquín Almunia, quien según la prensa francesa baraja el lanzamiento de una "recomendación política" a Francia por desentenderse de los compromisos del anterior Gobierno francés ante sus socios europeos para reducir el agujero de sus cuentas públicas.

El compromiso consistía en reducir en cinco décimas de PIB el déficit público en 2008 con vistas a lograr el equilibrio en 2010, pero las autoridades francesas han retrasado hasta 2012 ese objetivo de "déficit cero".

El portavoz del Gobierno, Laurent Wauquiez, insistió en que el nivel de gasto por primera vez quedará congelado en volumen.

Sin embargo, en la línea de ingresos pesarán las medidas del "paquete fiscal" aprobado en agosto que tendrán un costo de 9.000 millones de euros, básicamente por reducciones de impuestos de las que se beneficiarán sobre todo los contribuyentes con mayores ingresos, y las exenciones de cotizaciones de las horas extraordinarias.

Una de las pocas fuentes de recaudación suplementarias será la cesión de patrimonio inmobiliario del Estado por valor de unos 600 millones de euros.

El presupuesto se ha construido sobre una hipótesis de crecimiento de la economía francesa de entre el 2 y el 2,5%, un barril a un precio medio de 73 dólares y un euro a una cotización media de 1,37 dólares.

Pese a una aceleración de las exportaciones, que progresarán al 5,7%, la subida de las importaciones a un ritmo casi idéntico (+5,5%) hará que el déficit comercial marque un nuevo récord en 2008 con 34.600 millones de euros, según esas mismas proyecciones.

El Ejecutivo quiso marcar sus prioridades con aumentos significativos de la dotación presupuestaria para los ministerios de Educación Superior (+5,9%) y Justicia (+4,5).

El ministro del Presupuesto, Eric Woerth, negó que se pueda hablar de un proyecto de austeridad, y replicó que "es un presupuesto de inversión y de futuro".

Una forma de repetir la consigna emitida por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, después de que el primer ministro, François Fillon, desatara una polémica la semana pasada al decir que está al frente de "un Estado en quiebra".

Desde la oposición, el primer secretario del Partido Socialista criticó el presupuesto de 2008 por su "laxismo", con "regalos fiscales" para "los más favorecidos", y aventuró que a continuación eso acarreará un "plan de austeridad para todos los franceses" tras las elecciones municipales del año próximo. EFECOM

ac/pam

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky