Economía

Trichet: "Es lógico que el fondo de rescate europeo compre deuda de los Estados"

El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet. Foto: Archivo

Jean-Claude Trichet advierte de que no es la Unión monetaria la que ha fallado en este período de tensión en los mercados, sino la Unión económica, por el hecho del comportamiento "insatisfactorio" de algunos países en su política presupuestaria y la ausencia de una vigilancia colectiva de los Estados miembros.

Sin pronunciarse sobre el pacto de competitividad franco-alemán, aún en plena discusión, el responsable del Banco Central Europeo aboga por la consolidación de la gobernabilidad económica de la zona euro. Tras la retirada de su posible sucesor, el alemán Axel Weber, Trichet niega la extensión de su mandato más allá de octubre de este año.

¿Qué le preocupa más, el crecimiento o la inflación?

La economía real nos ha reservado, trimestre tras trimestre, sorpresas más bien agradables. En el tercer trimestre de 2009 se observó la reactivación del crecimiento y, después, hemos visto un comportamiento de la zona euro un poco mejor de lo previsto. Los indicadores registrados desde finales del 2010 lo confirman. Insisto en que esto no afecta a Alemania, sino al conjunto de la zona euro.

La preocupación actual es la estabilidad de los precios?

Todo el mundo sabe que somos inflexibles en lo que respecta a los riesgos de la inflación. Siempre hemos hecho todo cuanto ha sido necesario para que se mantenga la estabilidad de los precios a medio plazo. Esto nos ha otorgado una enorme credibilidad en lo que respecta a la estabilidad de los precios para el próximo decenio. En el BCE no cumpartimos los temores a una doble recesión. El Consejo cree que la balanza de los riesgos para la futura inflación está equilibrada, aunque podría inclinarse hacia una inflación más elevada en el futuro.

¿Cree en los efectos de segunda ronda inducidos por los aumentos salariales, tal como se observa actualmente en Alemania?

Todos los bancos centrales deben tratar de evitar los efectos de segunda ronda cuando observen un impacto de los precios de las materias primas y energía, sobre los que nosotros no podemos actuar.

El BCE se ha comprometido a acometer medidas no convencionales en respuesta a la crisis. ¿Cuál es su balance?

Hemos observado que el mercado interbancario funciona de una manera más conveniente. No obstante, queda un pequeño número de bancos que aún depende en exceso del BCE. Para solucionar este problema, es importante que no sean incitados a recurrir al BCE y no a los mercados, ésta es la razón por la que el Consejo de gobernadores insiste en que consoliden su capital y utilicen todas las facilidades que les ofrecen los Estados.

¿Cree eficaz su política de compra de obligaciones de los Estados periféricos en los mercados?

Es una de las medidas no convencionales que hemos acometido para restablecer la transmisión de la política monetaria. Cada semana hacemos público el importe de nuestras intervenciones, pero no en qué mercado intervenimos. En todo caso, cada semana recuperamos la liquidez inyectada debido a este programa. No practicamos la flexibilización cuantitativa.

¿Por qué prefiere que el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) compre obligaciones de Estado en lugar del BCE?

Hemos constatado que las anomalías en el comportamiento de algunos mercados se deben a que algunos gobiernos actúan con irregularidad e individualmente, y al hecho de que todos los gobiernos han descuidado la vigilancia que deberían haber ejercido colectivamente. Los gobiernos deben asumir sus responsabilidades. Es la razón por la que he pedido mayor intervención del FEEF. La posibilidad de la compra de obligaciones de Estado por el FEEF entra en esta lógica.

¿Ve apropiadas las medidas que van a ser adoptadas para evitar que se reproduzca una crisis en la deuda pública en Europa?

El euro es una moneda que inspira confianza. Su credibilidad está garantizada para los próximos diez años o más. Además, la situación de la zona euro es mejor que la de las economías comparables: nuestra balanza de pagos corrientes está equilibrada y nuestros déficit públicos anuales consolidados para el 2011 deberían ser, en relación al PIB, la mitad de inferiores respecto a los niveles americano y japonés.

La M de la Unión económica y monetaria funciona bien gracias a que estamos permanentemente atentos. Por el contrario, nos queda mucho trabajo para lograr los avances que afectan a la E ya que algunos países no muestran un comportamiento satisfactorio en lo que concierne a su política presupuestaria y a que el sistema de vigilancia implantado tras la creación del euro no ha funcionado. El Consejo sostiene una consolidación importante de la gobernabilidad económica de la zona.

 ¿Cree que la cuestión de la solvencia de Grecia está resuelta o es necesario encontrar nuevos medios para reducir su deuda?

El Gobierno griego ha puesto en marcha un plan. Éste ha sido aprobado por toda la comunidad internacional y por Europa y ya se está aplicando actualmente, lo que es de suma importancia. La aplicación estricta del plan permitirá a Grecia recuperar su credibilidad.

¿Podrá evitar el pacto de competitividad propuesto por Alemania y Francia otras crisis?

Nos encontramos en medio de un proceso dirigido por Van Rompuy, y estamos a la espera de sus resultados. Todo lo que contempla el fortalecimiento de la gobernabilidad económica no es tan sólo favorable, sino necesario. Espero que los gobiernos europeos se esfuercen en reforzar los textos que están siendo examinados ahora en el Parlamento ya que, en nuestra opinión, presentan grandes carencias.

Con el fortalecimiento de la competitividad y de la ortodoxia presupuestaria, ¿no se condena a Europa a un tímido PIB?

Todo depende de la competitividad. La zona euro está más abierta al mundo que Japón o EEUU. Cuando uno de los miembros de la UE alcanza un buen nivel de competitividad en Europa y en el mundo, como Alemania, toda la zona se beneficia. La consolidación de la competitividad de nuestras economías es el medio de consolidar nuestro nivel de vida y creación de empleo, lo que es de suma importancia para los más desfavorecidos.

Se va a iniciar una nueva serie de tests de estrés para valorar el riesgo de la banca. ¿Qué espera?

Estos stress tests están siendo cuidadosamente preparados por el conjunto de las instituciones. Confío en su rigurosa elaboración. El riesgo de fracaso de un Estado medido por el mercado es anotado en el trading book. En el banking book, en el cual se guardan los valores hasta su vencimiento, el fracaso no es una hipótesis contemplada.

¿Está mejor preparado el BCE para prevenir el riesgo de fracaso de un país dado que, ahora, está a las órdenes de la nueva comisión de riesgos sistémicos, el Consejo Europeo del Riesgo Sistémico (CERS)?

El objetivo del CERS no es ni mucho menos ser una superagencia de calificación de los países europeos. Nuestra hipótesis de trabajo es que no debamos contemplar ningún fracaso de un país de la zona euro.

Axel Weber era el favorito para sucederle?

Es una decisión por motivos personales y la respeto. El nombramiento es una decisión muy importante de los jefes de Estado.

¿Usted se quedaría?

No cabe ni plantearse esta cuestión. Tengo un mandato claro y de tiempo limitado.

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