Economía

Las pensiones e incompatibilidades de los diputados europeos, a revisión

Mientras en España arrecia el debate sobre los privilegios de los diputados y se somete a revisión su régimen de pensiones e incompatibilidades, en Europa hay un régimen similar para las pensiones de los parlamentarios, el cual en Francia y Reino Unido está igualmente sujeto a posible reforma.

Aunque en los principales países de Europa se reconoce el derecho de los diputados a cobrar pensión tras dejar los escaños, su modalidad y cuantía varía en cada país, según ha constatado mediante información recabada en los Parlamentos de Francia, Reino Unido, Alemania y Bélgica, así como del Parlamento Europeo.

El patrimonio de los belgas, en sobre cerrado

Las mayores diferencias entre países se aprecian en la transparencia respecto al patrimonio de los parlamentarios.

En España sí es público para los ministros y algunos diputados autonómicos, pero aún no para diputados y senadores.

Aquí llama la atención el caso de Bélgica, cuyos diputados deben entregar tras entrar en la Cámara un sobre cerrado con la declaración de sus bienes financieros o patrimonio.

El sobre no se abre salvo petición judicial; sus bienes, por tanto, no son públicos.

En la Asamblea Nacional francesa también queda bajo custodia secreta el patrimonio de sus miembros.

De ello se encarga una Comisión Para la Transparencia Financiera de la Vida Política, que no los publica, aunque cuando dejan de ser miembros de la Cámara comprueba que no ha habido enriquecimiento indebido gracias a una declaración final a la que están obligados.

También deben declarar sus "intereses financieros" o activos los parlamentarios británicos, y en el caso de los alemanes, sus actividades extraparlamentarias pueden ser consultadas por los ciudadanos en la página web del Bundestag.

Caso aparte es el Parlamento Europeo, que no difunde inflormación alguna sobre posesiones o intereses de los europarlamentarios.

Los europeos cobran más que los españoles

En cuanto a los salarios, en Europa casi siempre son superiores a los de diputados y senadores españoles, que tienen un "sueldo base" de 2.813 euros, más 1.823 euros para los de fuera de Madrid y 870 euros para los madrileños, así como otros complementos según sus funciones.

Los belgas perciben 81.106 euros brutos al año, pero tras los impuestos y una retención para pensiones, mensualmente recibirían unos 3.379 euros más otros 22.709 anuales para gastos no imponibles.

En Francia, el sueldo neto es de 5.246 euros al mes, a los que se añaden 6.412 euros brutos para gastos, 9.138 euros para contratar colaboradores, y viajes gratis para desplazarse hasta París, entre otras facilidades.

Los miembros del Bundestag se llevan al mes una "dieta" de 7.668 euros, además de una partida para gastos de oficina.

El finiquito de los británicos y el "paro" francés 

El cobro de un complemento que permite a los diputados españoles cobrar la pensión máxima ha generado un intenso debate que tiene algunas similitudes con los casos de Francia y Reino Unido, donde se están replanteando el sistema.

Así, hasta las últimas elecciones, en el Parlamento británico los diputados recibían una especie de finiquito llamado "beca de reubicación" para cuando no salían elegidos o decidían no volver a presentarse; el mantenimiento de esta medida está estudiando la llamada "Autoridad independiente de estándares parlamentarios".

Con otra "beca" los retirados pueden pagar sus gastos de personal y oficina.

En materia de pensiones, en el Reino Unido las hay, pero también son estudiadas de cara a su reforma por la misma Autoridad independiente, a petición del Gobierno, al entender excesivamente generosos sus emolumentos.

Técnicamente, los jubilados pueden cobrar una pensión proporcional a su salario en virtud de un plan especial.

Eso en un país donde la pensión estatal no va ligada al salario del trabajador, que sólo dispone de una pensión básica a completar por las empresas, que suelen mejorarla con otros planes.

En Francia, tras el debate público de la reforma de pensiones del pasado otoño, que no afectaba a los miembros de la Asamblea Nacional, el presidente de la República, Nicolas Sarkozy, anunció la creación de un grupo de trabajo que está abordando la reforma del estatus del cual disfrutan los parlamentarios.

El sistema en vigor les permite cotizar el doble, ya que cada años les cuenta por dos y tras siete años en el escaño pueden cobrar una pensión, cuya media se sitúa en unos 2.700 euros al mes.

Quienes carezcan de otros ingresos pueden tener un subsidio durante un máximo de tres años, cuya cuantía disminuye cada seis meses: primero el 100% del sueldo, luego el 70%, el 50%, el 40%, el 30% y finalmente el 20%.

¿Cuántos han cobrado este "paro" a la francesa?. En 2007 había una treintena de diputados en la lista, pero ahora no queda ninguno.

En Alemania, la indemnización para los "jubilados" es equivalente a un mes de su dieta (salario) por cada año en que hayan sido diputados, hasta 18 meses como máximo.

Y a partir de los 67 años, quienes hayan ocupado sillón al menos un año en el Bundestag tienen derecho a una pensión que se calcula según sus dietas.

Distinto es el caso belga, cuyos diputados no tienen derecho a "paro" aunque sí tienen una "indemnización de salida" equivalente al importe de una mensualidad que pueden cobrar como mínimo un año.

Para las pensiones, son del 3,7 por ciento del montante recibido por año de mandato, y pueden llegar a la pensión máxima, por una cantidad que equivale al 75 por ciento del sueldo, pero para ello tienen que haber permanecido al menos 20 años en la Cámara.

También tienen su pensión de jubilación los europarlamentarios, al cumplir los 63 años, por el 3,5 por ciento del sueldo de cada ejercicio anual completo, aunque sin superar el 70 por ciento del total.

Incompatibilidades, para todos los gustos

Los inquilinos de la Asamblea Nacional francesa están sometidos a un régimen de incompatibilidades que les impide ejercer ciertos cargos electos; sí pueden ser alcaldes o presidentes de regiones.

Para su relación con el mundo empresarial la normativa es rigurosa, porque no pueden tener responsabilidades directivas en empresas o entidades públicas y en aquellas que se hayan beneficiado de subvenciones u otros beneficios públicos.

Excluidos están los diputados franceses de tener cargos en bancos y los que sean abogados no podrán ocuparse de cargos contra el Estado o entidades públicas, ni podrán prestar su nombre para publicidad del ámbito empresarial privado.

La labor parlamentaria de los miembros del Bundestag debe ser su principal actividad, pero se les permiten otras privadas que les supongan ingresos adicionales, que deberán declarar si superan los 10.000 euros al año.

Una vez más, es la web del Parlamento la que permite a los ciudadanos, en este caso los alemanes, conocer cuáles son las actividades extraparlamentarias de sus representantes.

Los ocupantes del Palacio de Westminster están igualmente autorizados a trabajos al margen de su labor parlamentaria, pero sujetos a un código de conducta que les obliga a declarar los ingresos que reciben pos empleos o labores de asesoramiento.

Si nos vamos a Bélgica, a sus diputados se les permiten otras actividades públicas o privadas, sometidas a limitaciones.

Allí un diputado no puede ser ministro, como ocurre en España, y si es alcalde o cargo municipal su sueldo complementario no pude superar la mitad de su "nómina" de parlamentario.

Finalmente, la Eurocámara tiene reguladas algunas incompatibilidades genéricas, como la que impide a los eurodiputados ser ministros de países miembros de la UE, y hay otras aplicables por cada estado de origen.

Si llevan a cabo otras actividades remuneradas, los europarlamentarios deben declararlas públicamente.

Quien quiera conocerlas, nuevamente lo tiene fácil: en la web del Parlamento Europeo.

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