Francia conspira para mantener su silla en el Comité Ejecutivo de Fráncfort
berlín/milán/bruselas. El Gobierno alemán confirmó ayer que Axel Weber abandona la presidencia del Bundesbank, y su candidatura a presidir el Banco Central Europeo (BCE) cuando en otoño concluya el mandato del francés Jean-Claude Trichet al frente de la política monetaria de la zona euro.
La oleada de especulaciones sobre su futuro desencadenada esta semana arreció cuando Weber canceló el jueves su participación en la reunión que ayer mantuvieron en Berlín los ministros de Finanzas de Alemania y Francia. Por la tarde se reunió con la canciller alemana Angela Merkel, y el Ejecutivo alemán confirmó que "Axel Weber comunicó a Angela Merkel que desea finalizar su séptimo mandato el próximo 30 de abril", un año antes de la fecha prevista.
Su sucesor en el Bundesbank se conocerá la próxima semana. Se baraja el nombre de Jens Weidmann, asesor económico de la canciller, como principal candidato. Merkel pierde a una de sus principales figuras en un momento decisivo: al inicio de un año en el que necesita aunar todos los apoyos posibles para apuntalar su liderazgo europeo, y para afrontar la carrera de citas electorales que se le viene encima. La oposición socialdemócrata acusó a Merkel de haber abandonado a su candidato para el BCE, y calificó la dimisión como un "desastre personal" de la canciller.
El futuro de Weber sigue siendo una incógnita, pero algunos apuntan a que en 2013 podría suceder a Josef Ackerman en la presidencia del Deutsche Bank. Si pasa a la banca privada, tendrá que esperar al menos un año para evitar conflictos de interés e incompatilidades al contar con informaciones privilegiadas sobre el sector.
Las noticias sobre la defenestración de Weber provocaron un análisis unánime en Italia, país donde se interpreta que Mario Draghi, gobernador del Banco de Italia, pasa a ser el favorito para auparse a partir de este otoño a la presidencia del BCE. Desde hace un año, la candidatura de Draghi era considerada la segunda con más posibilidades, por detrás de la de Weber y con una amplia ventaja frente al resto.
Draghi y la silla de Francia
Por otra parte, la caída de Weber amenaza con interferir en el inminente relevo de la austriaca Gertrude Tumpel-Gugerell, uno de los seis miembros del Comité Ejecutivo del BCE. Todo estaba listo para que, este lunes 14 de febrero, los ministros de Economía y Finanzas de los 17 países del euro eligieran como su sucesor al belga Peter Praet, aunque hubiera sido políticamente más correcto nombrar a la candidata eslovaca Elena Kohutikova para que siguiera habiendo una mujer en este órgano del BCE en Fráncfort. Pero la diferencia entre las competencias del belga y la eslovaca parece insalvable.
Hasta ahora parecía claro que el alemán Weber presidiría el BCE, y que el también alemán Jürgen Stark cedería su plaza en el Comité Ejecutivo a un francés. De modo que la salida de Trichet no alteraría el acuerdo no escrito de que en este órgano de Gobierno siempre haya un alemán, un francés, un italiano y un español (José Manuel González-Páramo en la actualidad), además de dos responsables del resto de los países de la zona euro. Ante la incertidumbre actual sobre el futuro presidente, en Bruselas se especula con que la elección del nuevo miembro del Comité Ejecutivo se postponga hasta que se aclare la nacionalidad del futuro presidente y se garantice silla a Francia.