Economía

Davos certifica que el euro ya no está en peligro de muerte

El Foro Económico Mundial certificó este fin de semana la salida del euro de la unidad de cuidados intensivos. La moneda de los 17 países de Eurolandia ya no corre peligro de muerte, a juicio de los primeros espadas de la política y la economía global, que entre el miércoles y ayer se reunieron en la elitista localidad alpina de Davos.

Pero como consecuencia de su aún delicado estado de salud, el euro sigue en observación y el nerviosismo de los mercados todavía tardará en calmarse.

"Existe en Davos un consenso y una confianza llamativos y sorprendentes sobre que el euro va a sobrevivir", reconoció, no sin dolor, el euroescéptico Martin Wolf, columnista del rotativo británico Financial Times. Wolf acababa de oficiar como moderador del debate que mantuvieron en Davos, entre otros, los ministros de Finanzas de Francia (Christine Lagarde), Alemania (Wolfgang Schäuble) y Reino Unido (George Osborne).

Entre las razones que han animado a los participantes en el Foro Económico Mundial a creer en el futuro del euro están las declaraciones sin ambigüedad realizadas en Davos por la canciller alemana Angela Merkel y el presidente francés Nicolas Sarkozy. Ambos garantizaron que no permitirán la caída de la moneda europea. Si bien la primera también reafirmó que el apoyo de Alemania a los países del euro en dificultades está condicionado a que ajusten sus presupuestos y reformen sus economías.

Aún es pronto para echar las campanas al vuelo, como advirtió Robert Diamond, consejero delegado del banco británico Barclays. "La volatilidad en los mercados no se ha acabado por completo", advirtió antes de apostillar que los males del euro han pasado de "agudos a crónicos".

"No estoy de acuerdo", replicó inmediatamente la ministra francesa Christine Lagarde. "En lo que a la confianza de los mercados se refiere, ya hemos pasado a una nueva etapa", aseguró. Y Diamond admitió que era cierto que ya no se plantea el interrogante de si se producirá el fin del euro.

Montek Singh Ahluwalia, vicepresidente de la Comisión de Planificación de India, admitió su preocupación por el posible impacto que la crisis de la deuda pública en la zona euro pueda tener sobre la recuperación de la economía mundial. De hecho, esta preocupación fue una de las cuestiones más destacadas al inicio, el pasado miércoles, de los debates en Davos.

El economista Nouriel Roubini se erigió, un año más, en el buque insignia de los malos augurios sobre el euro y países como España. "La situación de los mercados es ligeramente mejor, pero los problemas fundamentales de la eurozona siguen sin resolverse", avisó.

"El gran gurú [Nouriel Roubini] acertó el primer aviso de catástrofe, pero de todos los subsiguientes avisos, ninguno se ha cumplido", recordó Xavier Sala-i-Martín, catedrático de Economía en la Universidad de Columbia (Nueva York). "Hace un año todavía decía que todo se iba a pique, incluido Estados Unidos. Ser catastrofista vende, pero la realidad es la que manda", apostilló Sala-i-Martín.

Recuperación global

Davos terminó ayer domingo como comenzó el miércoles. Con sus participantes confiados en que la recuperación de la economía mundial ha arraigado tras la larga crisis que comenzó en 2007, aunque las empresas tendrán que buscar oportunidades de crecimiento en mercados emergentes como Asia y Latinoamérica, más prometedores que Europa y Estados Unidos.

Además del miedo a que la crisis del euro aún pueda ralentizar la recuperación, Davos también expresó su temor a la repercusión planetaria del desbocado déficit público norteamericano.

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