
El gurú inmobiliario y profesor de economía de la Universidad de Yale, Robert Shiller, aseguró ayer a la CNBC que pese a que las presiones especulativas a corto plazo han descendido, la renta variable sigue suponiendo un "una inversión de riesgo".
Según el autor del índice de precios de vivienda S&P Case Shiller, en estos momentos la bolsa está "sobrevalorada a largo plazo" y por esta razón esta destinada a no funcionar como esperan los inversores.
De hecho, justo en la jornada en que Goldman Sachs o Wells Fargo decepcionaron con sus resultados, Shiller puso de manifiesto que debido a la elevada volatilidad tanto en la economía como en los ingresos empresariales, los resultados corporativos podrían "desvelar malas sorpresas este año", afirmó.
Para Shiller, la renta variable ha tocado techo y sólo sube motivada especialmente por la volatilidad y la incertidumbre que todavía reína sobre la economía del país. El economista pone en duda la sostenibilidad de los beneficios corporativos.
Sin embargo, Jeremy Siegel, profesor de finanzas en la Wharton Business School, en Filadelfia, ofreció a la cadena una perspectiva mucho más optimista sobre la renta variable de EEUU. "Estamos viendo un mercado estoicamente alcista", aclaró. "Lo que muchos no ven es que el S&P sólo está a un 15 por ciento de sus niveles históricos", añadió.
Desde su punto de vista es bastante esperanzador que los beneficios de las compañías que componen el indicador más amplio a este lado del Atlántico podrían alcanzar una media de 94 dólares por título de media en 2011. Bajo estas circunstancias, "y con unos tipos de interés tan bajos, la renta variable es muy barata", aseguró Siegel. Al fin y al cabo las medidas cuantitativas de la Fed y los incentivos fiscales del Congreso se traducirán en subidas para la renta variable.