
Los cuestionados brotes verdes que en muchas de las economías europeas no consiguen florecer y que, cuando lo hacen, es de forma tímida, en Alemania se han convertido en un robusto árbol que ha logrado crecer un 3,6% en 2010, frente a la contracción del 4,7% con la que cerró el fatídico 2009.
Los economistas internacionales y nacionales consultados, en líneas generales, coinciden en señalar cuál es la raíz que ha sostenido e impulsado la economía germana el año pasado: la exportación. También comparten que el sector exterior, principal savia en 2010, fue el que llevó a Berlín a cosechar, doce meses antes, su peor dato de PIB desde la Segunda Guerra Mundial por la crisis internacional.
"La constante recuperación del comercio global, en el que los emergentes están jugando un papel fundamental, ha hecho realidad una notable recuperación del sector exportador germano, y ello ha relanzado la economía del país", defiende el experto en Macroeconomía del Instituto de Estudios Económicos DIW, Ferdinand Fichtner.
José Antonio Herce, socio director de Analistas Financieros Internacionales (AFI), resalta por encima de todo que la exportación es una "característica estructural" de la economía alemana, lo que la diferencia del resto de Estados comunitarios e insiste en que el país ha mejorado, en los últimos años, su capacidad exportadora y se ha especializado en la venta a los emergentes de bienes de equipo (como la maquinaria industrial) y no sólo manufacturas (automóviles o electrodomésticos). "Su industria es de alta tecnología, con productos de alta gama", insiste Ángel Laborda, director del gabinete de coyuntura de Funcas.
Por su parte, el directivo de la consultora bruselense FD Blueprint y vicepresidente de la Cámara de Comercio de España en Bélgica y Luxemburgo, Pablo López-Álvarez, recuerda que Alemania es el segundo mayor exportador de bienes a nivel mundial -por detrás de China- y suma a su "potente" tejido empresarial de pymes con vocación internacional, otro factor que considera básico: casi la mitad de las exportaciones alemanas se dirigen a la zona euro. A este respecto, López-Álvarez incide en que, tras la entrada de la moneda única, estos países no han podido acudir a una devaluación para contrarrestar la competitividad alemana. En el lado de la crítica, también cuestiona que Alemania "gasta e invierte en la UE menos de lo que debería".
Las otras claves
Junto al liderazgo indudable de la exportación en la recuperación de Berlín, hay otras dos grandes claves que señalan los expertos: la demanda interna y la inversión, que completarían las reformas estructurales ya acometidas en el pasado y que han impulsado el crecimiento presente y lo harán en el futuro. "Alemania lleva dos décadas de ajustes muy duros desde la reunificación y, por eso, el crecimiento económico no es puntual, no es coyuntural", señala José Antonio Herce.
Dos de los principales institutos de estudios germanos (DIW e IFO) dan especial relevencia al impulso que supuso la demanda interna. El profesor de la Universidad Nebrija Carlos Poza igualmente insiste en este aspecto.
"Tras el impulso procedente de la demanda extranjera, el mercado interior ganó cada vez mayor importancia durante los tres últimos trimestres del año. Especialmente relevante fue el impulso de las inversiones, que venían de mínimos históricos", recoge el DIW.
El Ifo se acoge también a esta tesis: "El impulso vino, sobre todo, del mercado interior. El comercio exterior sólo supuso una cuarta parte del crecimiento en 2010. Los inversores comenzaron a percibir un mayor riesgo en los mercados exteriores, y comenzaron a buscar posibilidades de inversión más atractivas en el mercado alemán. Como consecuencia, las condiciones de los créditos en Alemania mejoraron, mientras que en la periferia europea los intereses cada vez son mayores para obtener financiación. Esto mejoró la inversión interna ".
El repunte de la inversión también tuvo mucho que decir el año pasado. El director de Asuntos Económicos de BusinessEurope, la asociación de las patronales europeas, Marc Stocker, destaca, en este sentido, la importancia de la competitividad y la fortaleza de su industria. Además, pone en valor "el compromiso del Gobierno de la canciller, Angela Merkel, con la estabilidad fiscal y macroeconómica".
Con todo, no sólo las lluvias presentes han hecho crecer la economía alemana. La poda anterior también ha tenido mucho que ver en el crecimiento presente. "Superados los problemas de la reunificación, han invertido mucho, exportan mucho y han realizado reformas más sensatas y anticipadas", recuerda el director del Servicio de Estudios del IEE, Gregorio Izquierdo.
Esfuerzos pasados
A pasado, hay también consenso sobre varias aspectos decisivos. Las empresas alemanas realizaron, antes de la crisis que arrancó en 2008, "esfuerzos de reestructuración", que se sumaron a las reformas del mercado laboral emprendidas por el Ejecutivo. El vicepresidente de la Cámara de Comercio de España en Bélgica destaca su flexibilidad laboral frente a otras grandes potencias europeas.
Izquierdo pone el acento en la importancia de la moderación salarial producida años antes y reconoce otra serie de factores que han diferenciado en los últimos meses a la alemana de otras grandes economías comunitarias. En el lado de los defectos en los que no ha caído, apunta al sobreendeudamiento de las familias (que sí era una realidad en los países periféricos) y a la burbuja inmobiliaria que tanto daño ha hecho a Irlanda, España y, en menor medida, a Reino Unido. En el lado de lo que sí hizo Alemania frente a los deberes pendientes del resto, señala a su esfuerzo inversor en I+D+i y a la especialización en bienes de equipo.
En la comparativa con otros países, Stocker destaca otros ejemplos que, a su entender, siguen la estela germana: Suecia y Austria disfrutan de una combinación de competitividad, de una base industrial fuerte, de instituciones fiscales creíbles y de un marco estable sin grandes deudas públicas ni privadas.
¿Sostenible en el futuro?
Si miramos al futuro, los economistas coinciden en señalar como positivo el hecho de que Alemania vaya bien. "Es una buena noticia para toda Europa", recuerdan. "Es de esperar que una vez que parece que la locomotora se ha puesto definitivamente en marcha, el resto de los vagones siga detrás. Sólo queda esperar que no haya un descarrilamiento. Alemania está más obligada que nunca a fortalecer su compromiso con la unión económica y monetaria porque es la que, en mayor medida, se beneficia del euro", apunta López-Álvarez.
El escepticismo y la cautela sobre un mantenimiento de que el ritmo de crecimiento se mantenga son dominantes. También hay miedos: Stocker llama a no ser complaciente con el sector bancario, mientras Izquierdo advierte sobre el peligro de una crisis de deuda soberana mundial. Con todo, resume: "Alemania no tiene parangón dentro de la UE".
Ilustración exterior: Farruqo