Analizará las comisiones que se cobran en los créditos a tipo fijo para saber por qué son más altas. Revisará las medidas del plan de dinamización e introducirá otras nuevas en materia energética
El Gobierno no augura buenos tiempos para las hipotecas. Con una tendencia de los tipos al alza y el índice básico de referencia (euribor) de la mayor parte de los créditos hipotecarios por encima del 3,1 por ciento, la mejor recomendación que desde el Ministerio de Economía se hace es optar por las hipotecas a tipo fijo o, cuando menos, a tipo mixto: en parte fijos y en parte variables.
Esa era una de las 100 recomendaciones del Plan de Dinamización de la Economía que el Gobierno lanzó hace un año. Pero el mensaje no caló en una población decidida a comprar pisos, con ofertas muy baratas en el mercado mientras los tipos de interés de referencia se mantengan en el entorno del 2 por ciento. Lo que ahora se pretende es revisar todo el plan de medidas de impulso a la economía y ampliarlas en tres áreas en las que se ha quedado corto: más facilidades para hacer hipotecas a tipo fijo, poner en marcha la hipoteca inversa y fomentar el ahorro energético en los hogares.
Hasta el vicepresidente económico del Gobierno, Pedro Solbes, reconoció ayer ante la Comisión de Economía del Congreso que las hipotecas a tipo variable son la opción más barata y mejor que hay ahora en el mercado financiero. Pero advirtió que las tensiones inflacionistas que pueden darse en Europa y el mayor crecimiento económico que se prevé auguran subidas de tipos a medio plazo, aunque sean moderadas. El problema que tiene España es que el 92 por ciento de las hipotecas son a tipo variable y dependen del euribor, un tipo que en el último mes ha subido cerca de un punto.
Más transparencia
Antes de que esa tendencia al alza pueda ahogar a muchas economías domésticas españolas, que destinan más de la mitad de su renta a pagar la hipoteca, el Gobierno quiere hacer campaña sobre la tranquilidad que da tener una hipoteca a tipo fijo. Dado el escaso margen que tiene de intervenir en este negocio, lo que el Consejo de Ministros de este viernes puede aprobar es la introducción de una mayor transparencia en el mercado de las hipotecas fijas.
Son productos que se negocian en la actualidad a un tipo de entre el 5,5 y el 7 por ciento, dependiendo del periodo para el que se contraten. Ese plazo suele ser siempre menor, de entre 12 y 15 años, cosa que incrementa las letras mensuales. El riesgo es también mayor para la entidad, dado que pacta un margen fijo por ese tiempo.
Esa es la razón por la que son más altos tanto los tipos, como las comisiones que se cobran por cancelación y amortización anticipada (cosa que es muy habitual en este tipo de productos). El tipo de interés de estos créditos se fija en virtud de la remuneración media de la deuda a largo plazo, a lo que se añade el margen que la entidad debe ganar, según el tipo de cliente que sea.
Aunque Solbes no quiso especificar ayer en el Congreso las medidas que se van a adoptar, fuentes cercanas a ese proceso señalaron que se tratará de poner en marcha una de las medidas que se dejaron apuntadas en marzo pasado: "ampliar la información a los consumidores sobre los riesgos asociados a la contratación de productos a tipo de interés variable, y eliminar obstáculos a la oferta de productos con tipo de interés mixto".
Para empezar la idea es exigir a las entidades financieras toda la información posible sobre sus tipos fijos, para analizarla y ver la forma de facilitar las cosas a los titulares de hipotecas variables para que cambien al tipo fijo. Aunque es pronto para decidirlo, fuentes del sector financiero no descartan que se establezca algún tipo de regulación para promocionar los créditos a tipo fijo.
Revisión del plan
Pedro Solbes aseguró ayer en el Congreso que las 100 medidas del Plan de Dinamización de la Economía puesto en marcha hace un año están en marcha en más de un 80 por ciento. Ese centenar de iniciativas, que está previsto que se repasen en el próximo Consejo de Ministros, están repartidas en seis grandes áreas: Defensa de la Competencia (creación de la nueva Comisión), mercados de bienes y servicios (telecos, sociedad de la información, energía, hidrocarburos, transporte, servicios profesionales, comercio, vivienda, turismo, sector exterior, etc.), mercado de factores (educación, servicios financieros e hipotecas), I+D+i, calidad y eficiencia del gasto público (sanidad, justicia, interior, etc.) y, por último, marco regulatorio.
El ministro de Economía defendió este tipo de medidas a medio y largo plazo, en lugar de apostar por lanzar "planes de choque". Solbes aseguró que nunca ha existido en el Gobierno un plan de choque contra problemas como la inflación o los desequilibrios del sector exterior que sufre la economía española.