
David acaba de cumplir dos años. Durante las últimas vacaciones de verano ha dejado de repetir mecánicamente todo lo que oía a su alrededor para empezar a construir rudimentarios amagos de frases originales que hacen las delicias de los que tiene a su alrededor. Sus padres decidieron hace meses que éste era el momento ideal para que empezara a ir a la escuela. Ha llegado septiembre y ahora empiezan a darse cuenta de todo lo que implica esa decisión.
"Cuando volvimos de vacaciones había una carta de la escuela en el buzón. Nos informaban de todo lo que teníamos que comprar a David de cara al curso escolar. Hemos hecho cuentas y nos tendremos que gastar unos 200 euros, al margen de la matrícula claro. Vamos a ir muy justos este mes", relata Laura, la preocupada madre del chico.
Un caso común
Su caso es el de millones de familias españolas que tienen que afrontar durante el mes de septiembre el mayor desembolso de todo el año, Navidades incluidas.
Es más, la familia de David puede considerarse afortunada. Según un estudio realizado por la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), el coste medio que la vuelta al cole asciende a 500 euros, sumando libros, uniformes, material escolar y los gastos de comedor y otras actividades extraescolares.
Eso, si el crío va a un colegio público -caso en el que están ocho de cada diez alumnos-, porque si su formación está en manos de la enseñanza concertada o privada el gasto se elevaría a enre 800 y 950 euros en el primer caso; y a los 1.200 euros en el segundo. "Sin contar en ambos casos la probable necesidad de transporte en autobús privado", matiza la organización de consumidores. Otras plataformas de consumidores elevan este coste por encima de los 1.500 euros.
Para algunos esa factura será menos onerosa. En Andalucía, Aragón, Castilla la Mancha, Cataluña, Canarias, País Vasco y Galicia existe un sistema de reutilización de libros de texto que hace que el coste total de la enseñanza para las familias se reduzca.
Esta casa es una ruina
Pero no deje la calculadora, la cuenta de gastos de la temible cuesta de septiembre no ha hecho más que empezar. Si usted está en ese grupo de familias que debe pasar en septiembre por la difícil tesitura de actualizar su hipoteca, vaya preparando el bolsillo.
En el mejor de los casos, si tiene una hipoteca tipo de 150.000 euros a 25 años sólo tendrán que hacer frente a un sobrecoste de 90 euros mensuales y pasará de pagar 805 euros a los 895, que el Instituto Nacional de Estadística atribuye a la cuota mensual de la hipoteca tipo en España. Un incremento cercano al 10% que da argumentos a los que exigen que los aumentos en el precio de la vivienda sean computados de forma más rigurosa en el Índice de Precio de Consumo.
Pagando las vacaciones
Suma y sigue. Porque en septiembre también suele caer la primera cuota mensual para aquellos que allá por abril o mayo decidieron contratar las vacaciones de sus sueños, difiriendo su pago para después del verano.
Según las entidades financieras, las vacaciones, junto con la compra de automóvil, son las situaciones en las que más se suelen contratar créditos al consumo. Una opción que, según el Banco de España, es cada vez más habitual entre un consumidor español que en los últimos años se ha acostumbrado a endeudarse para financiar sus compras. Sólo en 2006, las entidades financieras concedieron préstamos por una cuantía superior a los 81.000 millones de euros.
Aunque bancos, cajas y el resto de entidades prestatarias están haciendo lo posible por suavizar las condiciones de este tipo de créditos -que han venido a cubrir la desaceleración del mercado de los préstamos hipotecarios-, los tipos de interés medios oscilan entre el 7,5% y el 8,5%, y también son sensibles a las decisiones del Banco Central Europeo, lo que puede agravar la situación de cientos de miles de familias. La cuantía de los créditos al consumo suele oscilar entre los 500 y los 20.000 euros.
La cesta de la compra
Igual no hay que descartar que en el futuro, las economías familiares recurran a créditos al consumo para financiar la compra mensual en el supermercado. ¿Una exageración? No tanto. Según la Organización de Consumidores y Usuarios, el importe mensual que invierte cada familia española en la cesta de la compra es de 367 euros, con variaciones en función de la comunidad autónoma donde se realice la compra y el establecimiento elegido.
Bueno, ésa era la cuantía media hasta que la reavivada demanda de cereales, la voraz demanda -especialmente de productos lácteos- de los emergentes mercados asiáticos y la mala cosecha agrícola europea han revolucionado los precios de la mayoría de los alimentos. De momento, los distribuidores no han terminado de repercutir las subidas del 50% en el precio de los cereales; del 28% en el de los huevos; del 75% en el de la harina; o del 15% en la leche, cuyo litro ya está al mismo nivel que el litro de gasolina.
Pero se promete un otoño caliente en los mercados, que se traducirá en un incremento en los precios de venta al público de muchos productos básicos. La Unión de Consumidores de España ha estimado que la inflación alimentaria supondrá una sobrecarga de 100 euros en el importe habitual del recibo de la compra durante el transcurso del otoño, es decir, una subida porcentual cercana al 20%.
De momento, el Gobierno ni siquiera ha torcido el gesto ante los constantes anuncios que sectores como el del pollo, los lácteos o el panadero han ido dosificando durante todo el verano, pero en el último Consejo de Ministros, el vicepresidente económico, Pedro Solbes, ya admitió que el Ejecutivo seguirá de cerca los movimientos en el sector para evitar que asfixien a las economías familiares.
La Unión de Consumidores, por su parte, es partidaria de un política algo más agresiva y ha remitido sendas cartas a la principal organización empresarial, CEOE, y al Gobierno para que tomen la decisión de congelar los precios tanto públicos como privados en los próximos meses para dar un respiro a las familias.
... Y las gasolinas
Si después de haber hecho frente a los gastos escolares, la hipoteca, los intereses de sus créditos al consumo y la compra del mes aún le quedan unos euros para ahorrar o permitirse algún caprichito, acepte un consejo: no utilice el vehículo particular.
A la espera de que las estaciones de servicio apliquen esa rebaja de tarifas que se anuncia para después del verano, el litro de gasolina súper 95 sin plomo continúa estancado en el entorno de los 1,07 euros, sensiblemente por encima de los 1,02 euros del año anterior.
Según los datos oficiales, el gasto medio en septiembre es de 87,5 litros por usuario. Para un vehículo que consuma gasolina súper de 95 octanos la factura mensual de combustible, sin hacer grandes alardes, se iría por encima de los 100 euros.
Súmese la factura de la luz, la del teléfono, la del gas y la siempre imprevisible rúbrica de otros gastos y el saldo final no será soportable ni por la nómina más jugosa que uno pueda imaginar. Miremos el lado bueno. Con una perspectiva así como horizonte más inmediato, ni siquiera es necesario preocuparse por las tan temibles subprime.