"Ba-lon-ces-to". Así, remarcando cada sílaba como un profesor que quiere fijar un concepto complicado en la mente de sus alumnos, fue como el preparador de la selección española campeona del mundo el año pasado en Japón, Pepu Hernández, reivindicó un lugar de privilegio para el baloncesto en el excesivamente futbolizado panorama del deporte nacional.
Hoy, casi un año después del grito lanzado por Pepu en la madrileña Plaza de Castilla, el arranque de la Liga de Fútbol sigue monopolizando la atención de la afición española, aun con un Campeonato Europeo en casa a la vuelta de la esquina. Pero sería injusto decir que las cosas no han cambiado para el deporte de la canasta.
El que más podría hablar de esta nueva etapa es el presidente de la Federación Española de Baloncesto (FEB), José Luis Sáez. Entre 2005, el año anterior al Mundobásket que coronó a la generación de los Gasol, Navarro o Garbajosa como reyes del mundo; y este año de Eurobasket los ingresos federativos se han triplicado pasando de 10,6 millones de euros a 32,1.
Jugadores de la seleción de baloncesto saludan después del amistoso del pasado 28 de agosto. Foto: Jaime Reina
Una máquina de ingresar
Los problemas para encontrar patrocinadores se han diluido, las cadenas de televisión se pelean por conseguir unos derechos que antes se negociaban a la baja e incluso las ciudades hacen cola para tratar de acoger los bolos con los que la selección prepara la competición.
Valencia, Gijón, Jerez de la Frontera, Ourense y el resto de ciudades que han acogido alguno de los amistosos con los que Gasol y compañía se han puesto a tono para el Campeonato Europeo que empieza el próximo lunes han abonado 150.000 euros a la Federación para gozar de ese privilegio. El saldo de los ocho amistosos supera el millón de euros.
Luego están los patrocinadores. La demanda inducida por los éxitos internacionales de los nuestros han obligado a la Federación a crear cuatro niveles entre los patrocinadores de la selección. Los 'socios FEB' se ganan el derecho a figurar en la vestimenta de los jugadores y a otros privilegios propagandísticos a cambio de una cuota que ronda el millón de euros anuales. Son cuatro.
Un segundo nivel es el de 'patrocinadores FEB', con un canon más reducido; y luego están los 'proveedores FEB', y por último los 'colaboradores FEB'. En total, quince compañías que financian el día a día de la selección y que han permitido que la Federación de Baloncesto presente una de las estructuras de ingresos más envidiadas del panorama federativo nacional, en el que el 81% proviene de recursos propios y sólo un 19% de las subvenciones procedentes del Consejo Superior de Deportes.
El negocio del Eurobasket
Y por si la gallina de los huevos de oro no estuviera funcionando a suficiente rendimiento, el Eurobásket en España coincide justo el año después de la victoria en el Campeonato del Mundo de Japón. Otra lluvia de millones.
El Departamento Financiero de la Federación ha dicho que 16 de los 32 millones de euros presupuestados para este año irán a financiar el Eurobasket, si bien existe la certeza en el organismo federativo de que los ingresos generados excederán con creces los gastos previstos.
De hecho, sólo con los 11,7 millones de euros aportados por la Federación Internacional (FIBA) y la cuota de un millón de euros cobrada a Sevilla, Granada, Alicante y Palma de Mallorca por ser sedes del campeonato, ese coste ya se habría enjugado. La aportación del Ayuntamiento de Madrid, de 2 millones de euros, por ser sede única de la fase final ya superaría los gastos previstos.
Las sedes también creen que sacarán tajada. El Ayuntamiento de Alicante, por ejemplo, ha estimado que los 15.000 visitantes que recibirá gracias al Eurobasket dejarán en la ciudad entre dos y tres millones de euros.
¿Un lujo para unos pocos?
Si se suman también los derechos televisivos abonados por Mediapro a la FIBA por retransmitir en directo el campeonato, el movimiento total de dinero en torno al Europeo de baloncesto se situaría en el entorno de los 40 millones.
Y menos mal que a los 'Pepu boys' se les podrá ver por La Sexta porque encontrar una entrada es una misión poco menos que imposible. A dos días del Eurobasket quedan entradas por vender, pero ésto no quiere decir que sobren, sino que la Federación ha reservado algunas de ellas para ventas de última hora al más puro estilo Internet.
Las escasas entradas que se pusieron a la venta el pasado 1 de junio se agotaron a los pocos minutos de salir, pese a que los precios de los abonos oscilaban entre los 60 euros en una zona de mala visibilidad en la fase preliminar hasta los 304 euros de la fase final en la zona VIP del Palacio de los Deportes de Madrid.
Perjuicio para los aficionados
Pero el problema no ha sido éste. Aficionados, patrocinadores, federaciones autónomicas de baloncesto... éstos y muchos otros se han tenido que disputar un hueco del aforo en cada uno de los partidos del campeonato. Y los seguidores no han salido muy bien parados.
Para la fase final del campeonato, el Palacio de Deportes madrileño cuenta con un aforo total de 15.5000 espectadores, de los cuales sólo se dispone de 13.000 asientos. De éstos hay que descontar los 3.500 que ocuparán los periodistas, los compromisos de la FIBA y los patrocinadores, así como los que llenarán los séquitos de las selecciones internacionales.
En definitiva, sólo se pusieron a la venta 8.000 de dichas localidades, de las cuales el 30% fueron distribuidas por las distintas federaciones autonómicas. Por lo que al final, para la venta al público sólo quedaron disponibles unos 5.500 asientos, apenas un tercio del aforo total del recinto, según datos del Departamento de Ticketing del Eurobasket.
