Economía

El crédito moroso de las administraciones se duplica sólo en un mes

Las Administraciones Públicas no sólo están retrasando sus pagos e, incluso, cancelándolos a sus proveedores. También están dejando un agujero a las entidades financieras.

Los ayuntamientos, principalmente, tuvieron serios problemas para hacer frente a sus compromisos bancarios a la vuelta del verano, momento en que tienen que realizar importantes desembolsos por la celebración de las fiestas patronales. En septiembre el saldo de morosidad crediticia del sector público se disparó. Sólo en ese mes los préstamos de dudoso cobro aumentaron un 159% en este segmento, hasta alcanzar los 564 millones, según los datos publicados por el Banco de España.

La banca ya ha empezado a mostrar su preocupación y, aunque confía en que sea un repunte excepcional, teme que los gobiernos municipales y autonómicos tomen el relevo a las pymes y a las inmobiliarias con una oleada de insolvencias. Todavía el importe no es muy elevado, pero sí la tendencia continúa en los próximos meses podría acarrear muchos problemas a las entidades, que han logrado contener en el último año la escalada de la morosidad.

La tasa de impagos de las administraciones se mantiene muy por debajo del conjunto del sistema. Se sitúa en el 0,77 por ciento del total, frente al 5,3 por ciento de la media.

Alza significativa

No obstante, fuentes de varias entidades han manifestado a este periódico que "el espectacular repunte de septiembre es muy significativo, porque demuestra la situación de muchos de los municipios españoles, que están asfixiados económicamente".

En doce meses, el ratio de insolvencias se ha triplicado y desde finales de 2008 se ha más que cuadruplicadO, al avanzar un 324 por ciento.

En octubre, el ayuntamiento de Villajoyosa fue el primero en hacer oficial el maltrecho estado de sus cuentas y anunció que dejaba de pagar todos sus compromisos, excepto las nóminas. La caja de este municipio alicantino apenas contaba a 30 de septiembre con 286.847 euros disponibles, frente a unas facturas pendientes de 11,2millones.

Además, las mismas fuentes apuntan que dos comunidades autónomas no han contado ni con el respaldo del mercado ni de la banca para poder endeudarse y han tenido que recurrir a los ciudadanos con el lanzamiento de bonos con "una rentabilidad altísima". Son Cataluña y Valencia, que han ofrecido un 4,75 por ciento por depósitos a un año.

Grifo abierto

Pese a la preocupación, las entidades no han cortado el grifo del crédito a las administraciones, como ha hecho desde el primer momento de la crisis con los sectores privados y las familias. Los préstamos a los entes públicos continúan incrementándose mes ames.

En septiembre, las líneas de financiación aumentaron un 1,5 por ciento con respecto a octubre, pero en los últimos doce meses se elevaron un 25,1 por ciento. El conjunto de entidades mantiene un saldo crediticio con los entes públicos de 73.132 millones de euros a cierre de los nueve primeros meses del año.

Los bancos han sido los que más han apoyado a los gobiernos desde que estallara la crisis. Desde septiembre del ejercicio pasado, los asociados a la AEB aportaron 9.164 millones a las administraciones, un 25 por ciento más. Las cajas de ahorros, pese a su delicada situación, no fueron tan generosas, pero aumentaron sus riesgos con este sector en 5.130 millones, lo que supone un crecimiento del 24,5 por ciento.

Diferencias

Estos dos porcentajes contrastan con la bajada que experimentan los préstamos del sistema financiero al sector privado, que en conjunto descienden un 0,9 por ciento en doce meses. En este caso, sí existen amplias diferencias entre los bancos y las cajas. Mientras los primeros mantienen el grifo abierto, principalmente por las hipotecas y las grandes empresas, las segundas han cortado las líneas crediticias a las compañías y las familias.

Los bancos han incrementado el saldo al sector residente un 4,2 por ciento desde septiembre de 2009, hasta los 836.105 millones. Las cajas, en cambio, han reducido el volumen un 3,7 por ciento y lo han situado en 850.889 millones. La morosidad de empresas y familias se ha contenido en los últimos meses, especialmente en las cajas, que sufrieron más en la primera oleada por su mayor exposición al ladrillo. En la segunda ronda ha afectado más a los bancos, que cuenta con un mayor riesgo en pymes.

De esta manera, los ratios de insolvencias se han equiparado. Los expertos y las propias entidades esperan que los créditos morosos suban de manera suave hasta mediados de 2011, momento en que podría empezar a descender. Aunque el temor a una espiral de insolvencias por parte de las Administraciones Públicas podría modificar las previsiones y retrasar el punto de inflexión hasta principios de 2012.

Algunas entidades ya están barajando esta posibilidad en sus proyecciones internas. La semana pasada los analistas de UBS consideraron que las pérdidas por impagos iban a provocar unas necesidades de recapitalización de las entidades españolas de hasta 120.000 millones.

Los expertos del banco suizo prevén que el pico de morosidad del sistema supere el 8 por ciento y alcance por tanto el récord de la crisis del 93, aunque en la actual no se contabilizan unos 70.000 millones de activos inmobiliarios que han tenido que acumular bancos y cajas por créditos impagados.

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