The Giving Plegde, la campaña a la que dieron vida Bill Gates y Warren Buffett el pasado mes de junio, sigue calando. Según informan en un comunicado, casi veinte millonarios se han sumado a su causa y han anunciado que destinarán al menos la mitad de su fortuna a obras de caridad.
Entre los nuevos miembros de la iniciativa se encuentran muchos nombres conocidos. Uno de ellos es el de Marck Zuckerberg, el fundador de Facebook. "La gente espera hasta el final de sus carreras para devolver lo que han ganado. ¿Pero por qué esperar cuando hay tanto que hacer?", afirma.
"Con una generación de jóvenes colegas que han prosperado gracias al éxito de sus compañías, hay una gran oportunidad para muchos de nosotros para revertir en la sociedad antes y ser testigos del impacto de nuestros esfuerzos filantrópicos", añadió el empresario, de sólo 26 años.
Más de cincuenta millonarios solidarios
Junto a Zuckerberg se han apuntado el cofundador de la famosa plataforma de redes sociales, Dustin Moskovitz; el inversor Carl Icahn; el fundador de AOL, Steve Case, y su mujer; o Michael Milken, apodado el "rey de los bonos basura" por el Wall Street Journal y que acabó en la cárcel acusado de fraude, manipulación de precios e información privilegiada.
"En sólo unos meses hemos hecho un gran progreso", señaló el Oráculo de Omaha. "The Giving Pledge ha hecho que la gente piense de nuevo en la filantropía y que haga cosas y estoy deseando mantener muchas más conversaciones con familias que son verdaderamente afortunadas y cuya generosidad puede cambiar vidas", añadió.
Buffett y Gates, que llevan desde junio llamando a las puertas de los más adinerados para que compartan su fortuna, pueden presumir de contar con más de cincuenta adeptos. En estos meses, han conseguido el apoyo de personalidades de la talla de Michael Bloomberg, empresario y actual alcalde de Nueva York, o el director de cine George Lucas.
A través de The Giving Pledge, solicitan a los multimillonarios el compromiso de donar al menos la mitad de su fortuna durante su vida o tras la muerte, y que hagan pública su intención con una carta. La iniciativa no acepta dinero ni impone a los donantes el destino de sus contribuciones, simplemente pide un compromiso moral.
Gates y Buffett ponen en marcha su obra de caridad
