
Alberto Gonzales, fiscal general de Estados Unidos desde 2005, habría presentado su dimisión al presidente George W. Bush por vía telefónica el pasado viernes, pero no se ha conocido hasta hoy, ya que el mandatario estadounidense quería reunirse personalmente con Gonzales.
La decisión será anunciada oficialmente en las próximas horas, según informa el periódico The New York Times. Gonzales ha tenido un mandato polémico, entre acusaciones de perjurio ante el Congreso acerca de las actividades de la NSA, una de las agencias de inteligencia estadounidenses.
Respaldo constante
El presidente estadounidense, George W. Bush, ha respaldado siempre a Gonzales, que trabajó a su lado desde sus inicios como gobernador de Texas en 1994. El presidente Bush apoyó a su amigo y colega incluso durante el proceso que le sentó en el banquillo de los acusados por su presunta relación con el despido de nueve fiscales del Estado y, le defendió cuando arreciaron las acusaciones de perjurio por parte del partido demócrata.
De hecho, fuentes citadas por el diario estadounidense aseguran que la decisión fue tomada unilateralmente por Gonzales y que Bush, que aceptó su dimisión "a regañadientes", todavía no ha pensado en un sustituto para el político hispano.