
El ministro de Fomento, José Blanco, focalizó hoy por primera vez las represalias del Gobierno por la huelga encubierta de controladores aéreos en una "cúpula dirigente" del colectivo, que vinculó al sindicato USCO, afirmando que "la inmensa mayoría obedeció indicaciones" pero pronto dejará de hacer "seguidismo" porque no le gusta la actuación de esos dirigentes.
Según indicó en declaraciones a Onda Cero, confía en "la mayoría de los profesionales" del control aéreo, pero no tiene "tanta confianza en quienes ejercen la dirección del sindicato".
Sin embargo, se mostró convencido de que la mayoría de los controladores "no van a seguir haciendo un seguidismo que va a tener consecuencias irreparables para ellos".
Investigaciones personalizadas
En esa línea de distinguir entre unos y otros controladores, anunció que los expedientes disciplinarios se resolverán según una "investigación personalizada" que se abordará "caso por caso", porque "hay que saber quién dio indicaciones, y quien dio indicicaciones y abandonó el puesto de trabajo tiene más responsabilildad que quien no acudió a trabajar".
Blanco adelantó que habrá sanciones de empleo y sueldo, "y algunos se irán a la calle, no quepa duda".
A partir de ahora, el ministro de Fomento piensa que "van a ser cada vez más los que quieran trabajar de acuerdo a derecho, de acuerdo a la ley. Estoy convencido de que va haber un antes y un después de lo que ha ocurrido", aseguró.
¿Cuánto durará el Estado de alarma?
Por lo demás, Blanco no quiso pronunciarse sobre cuánto se prolongará el Estado de alarma, cuya declaración atribuyó al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pero justificó esta respuesta "excepcional" indicando que "lo que han hecho los controladores es excepcional".
Anunció que Zapatero comparecerá el jueves en el Congreso, "donde tiene que comparecer", para explicar la declaración del Estado de alarma y pidió "no buscar tres pies al gato" preguntando por qué no lo hizo el mismo sábado en público.
Según adelantó, él también pedirá comparecer en la cámara para explicar cómo a lo largo del año ha tratado de "desmontar los privilegios" de los controladores, cuya consolidación achacó al convenio de 1999. Y se reafirmó: "Ningún colectivo profesional se puede convertir en una casta privilegiada e intolerante".
La decisión del Gobierno "no fue el detonante"
El ministro calificó de "anécdota" que el decreto que precisaba los términos del horario laboral de los controladores se aprobara la víspera del puente de la Constitución, y aseguró que "no fue el detonante" del conflicto, "sino la solución", porque en Santiago de Compostela ya estaba habiendo ausencias de las torres de control "desde hace una semana", por una "interpretación sesgada" del horario y "eso se iba a extender por todo el país".
Según Blanco, la "hoja de ruta" de la movilización ya estaba decidida y publicada. "Íbamos a ir a un colapso del espacio aéreo, por tanto teníamos que tomar la decisión de que no hubiera un resquicio interpretativo de la ley", justificó
Gómez: "Tiene que haber responsabilidades"
Previamente, el titular de Trabajo, Valeriano Gómez, ha manifestado que "tiene que haber responsabilidades" entre los controladores aéreos por la huelga del fin de semana porque ha provocado "pérdidas muy importantes" en la economía y ha causado "enormes perjuicios" a los ciudadanos que querían viajar durante el puente de la Constitución.
"El Gobierno ha iniciado ya un expediente disciplinario y tendremos noticias durante los próximos días", señaló Gómez, quien añadió que todavía no hay una estimación oficial de las pérdidas provocadas.