A sus 30 años, Hamed Mousavizadeh todavía debe preguntar a sus padres si puede salir a cenar fuera con un amigo. Mousavizadeh es un huésped reacio en el apartamento de sus padres en Teherán y no sólo un hijo obediente. Ante unos precios disparados en el sector hipotecario y sin un trabajo estable, no puede permitirse un lugar propio en el que vivir.
"He pensado adquirir mi propio piso muchas veces pero nunca lo he intentado porque sé que es imposible", dice Mousavizadeh, que se gana la vida a duras penas importando componentes industriales.
El caso de Mousavizadeh es común entre la incipiente agitación juvenil, que representa dos tercios de una población de 70 millones de personas. Formada, ambiciosa y conectada con el mundo exterior a través de Internet, la población menor de 30 años está presionando al presidente Mahmoud Ahmadineyad para que cree empleos y alivie la escasez de viviendas en Teherán. Tras dos años con Ahmadineyad al frente, la población la guerra en Irak y el programa nuclear iraní no son suficientes para distraer a los jóvenes.
Según las estadísticas oficiales, el 21 por ciento de los jóvenes entre 15 y 24 años están desempleados, aunque el porcentaje podría ser superior al reconocido.
Precios disparados
Alquilar un apartamento de una sola habitación en un barrio trabajador de Teherán supera los 4,2 millones de riales (334 euros) al mes. Esta cantidad supone una subida del 50 por ciento respecto a los de hace un año, según afirman agentes de propiedad. Además, los propietarios piden entre 23 y 46 millones de riales (de 1.800 a 3.600 euros) como fianza.
Esta subida disparada en el precio de la vivienda contrasta con la renta familiar media en la capital, de 5,3 millones de riales (poco más de 400 euros), según los datos del Banco Central de Estadísticas.
Es por ello que muchos jóvenes iraníes advierten una falta de oportunidades que los conduce hacia las calles. El pasado mes de junio, un grupo de manifestantes incendiaron varias gasolineras para mostrar su oposición a las medidas de racionamiento de gasolina en el cuarto mayor productor de petróleo. Unos meses antes, decenas de profesores fueron arrestados cuando se reunieron frente al Parlamento para demandar subidas de salarios.
La impaciencia de los iraníes
Ahmadineyad accedió a la presidenciagracias a los votos de los sectores más pobres y los partidarios de la Revolución Islámica, al prometer reavivar una economía ya entonces deteriorada.
"Él prometió actuar con rapidez", afirma Saeed Laylaz, analista político iraní y antiguo ministro de Industria y Minas. Y añade que "aquellos que votaron movidos por la frustración no pueden esperar a largo plazo y se están volviendo cada vez más impacientes".
Las ambiciones de los jóvenes
La juventud inicia el fin de semana la noche del jueves. Se reúnen en la casa de aquellos amigos que pueden permitirse su propio espacio y ven los éxitos de Hollywood, como Little Miss Sunshine, en DVD mientras fuman cigarrillos Bahman.
Esto no es suficiente para Maryam Moghadam, que trabaja para una compañía internacional de embalaje. Moghadam volvió con sus padres tras divorciarse hace cuatro años y espera que su próximo traslado sea para bien.
"Estoy pensando en dejar Dubai para ganar independencia", reconoce la mujer de 31 años. "Aquí, con el salario que recibo no estoy teniendo la vida que quiero".
Mientras, el ministro de Vivienda apunta la construcción de 1,5 millones de casas y apartamentos en los 12 meses hasta marzo, según informa el periódico Sarmayeh.
Según Mohammad Paryab, director del departamento de información, Ahmadineyad ha repartido lo que califica como "acciones de justicia" en compañías públicas para ofrecer una participación en la economía a unos 5 millones de iraníes.
Ayudas a matrimonios jóvenes
Asimismo, el Gobierno reslata la concesión de préstamos por valor de 1.500 euros a las jóvenes parejas casadas que no deben hacer frente a las tasas de interés gracias a una orden dada a los bancos por parte del Ejecutivo.
Pero las ayudas no son suficientes para pagarse un piso. Incluso a aquellas personas que poseen un trabajo fijo no les llega para adquirir una vivienda propia, tal y como relata a Bloomberg Shahran Adlparvar, que gana el equivalente a 400 euros mensuales como jefe de almacén de una compañía que importa muesli suizo.
"¿Qué puede hacer una pareja con 1.500 euros? El novio podrá comprar el anillo y la novia una estufa y una nevera!, ironiza Adlparvar. A sus 30 años, este iraní comparte el alojamiento con su hermano en la casa de dos habitaciones de sus padres. "Olvídate de obtener un piso en cualquier lugar de Teherán".
Los expertos también critican la medida presidencial. Según una carta firmada por un grupo de 57 economistas, entre los que figuraba el antiguo presidente de la bolsa de la capital iraní, el gasto de Ahmadineyad podría tener "serias repercusiones" para la economía nacional.
El editor de la revista mensual Iranian Economics, Heydar Pourian, sintetiza el estado de Irán: "En la opinión pública existe una sensación de que las cosas se están poniendo cada vez peor". Aunque este periodista es de la opinión de que "Ahmadineyad tiene buenas intenciones" asegura que "el resultado podría ser distinto al que el presidente pretende".
Por ahora, Mousavizadeh sólo puede soñar en instalarse en su propio hogar y deberá confiar en el apoyo de sus padres. Vive en una habitación beige con una cama y una mesa y cada noche se sumerge en libros de realización personal similares a los norteamericanos. "Puedes ganar dinero pero no una cantidad estable con la que contar", afirma este joven. "Si conozco a una chica, soy serio con ella. No tendré otro remedio que pedir ayuda a mis padres para que me ayuden a casarme y a mudarme.