
La agencia de calificación crediticia Standard & Poor's anunció ayer que ha puesto en vigilancia negativa el rating de la deuda soberana de Portugal, lo que supone que podría rebajarlo en poco tiempo. Según explica, su decisión se debe a al reducido progreso que ha observado a la hora de poner en marcha las medidas de ajuste para reducir el déficit y reactivar el crecimiento económico.
La calificación de Portugal ('A-' a largo plazo y 'A-2' a corto plazo) fue puesta bajo "vigilancia negativa", lo que significa que S&P se otorga un plazo de tres meses para saber si el plan anunciado el domingo por el Gobierno luso tendrá consecuencias sobre su apreciación de la solvencia del país.
En un comunicado, la agencia mencionó "riesgos importantes" para los inversores, debido a una "incertidumbre en cuanto a los efectos de la propuesta de cambiar el Tratado de la UE".
La importancia del rescate
S&P estima que es "posible" que Portugal tenga que recurrir a sus socios europeos y al Fondo Monetario Internacional para cerrar su presupuesto.
La agencia manifestó estar particularmente preocupada por los cambios propuestos en la normativa de la UE en cuanto a los acreedores del sector privado. Uno de los cambios que se considera es que los inversores privados tengan que aceptar descuentos en el valor de los bonos que tengan en caso de una reestructuración de la deuda a partir de 2013.
"Si Portugal solicita un programa de ayuda externa y si creemos que los acreedores privados se convierten en subordinados de los acreedores públicos, o bien si las perspectivas fiscales o de crecimiento se debilitan más, podríamos bajar los ratings a largo y corto", indica la agencia.
La semana pasada, el primer ministro José Sócrates consiguió la aprobación de unos presupuestos austeros en virtud de los que aumentará los impuestos y recortará los salarios de los funcionarios. Estos planes causaron el rechazo de los portugueses, que el pasado mes de noviembre organizaron una huelga general.
Sin embargo, se lograron pocos avances en reformas para fomentar el crecimiento con el fin de compensar cualquier freno por las medidas fiscales introducidas, según S&P, que pronostica una contracción de al menos un 2% el año próximo.