A través de las imágenes aéreas que han sido grabadas en Perú desde un helicóptero por los medios de comunicación, se puede comprobar el nivel de desolación que ha dejado a su paso el terremoto. El recorrido aéreo permite observar las construcciones de adobe derruidas y la zona de la costa, donde el fuerte oleaje acabó penetrando decenas de metros tierra adentro.
La cifra de muertos aumenta a medida que avanzan las tareas de desescombro y ya superan los 500. También crece la cifra del millar de heridos. Ciudades y pequeños pueblos han quedado destrozados por el temblor quedándose sin luz, ni agua.
Los bomberos no han dormido para continuar su trabajo y recuperar a la gente atrapada bajo las piedras. Cada rescate de un superviviente ha sido jaleado y aplaudido, y ha animado a los equipos de salvamento a continuar durante la noche la búsqueda en las ruinas.
Hasta la ciudad de Pisco, en la región de Ica, se ha acercado el presidente del país, Alan García y ha escuchado los reproches de quienes no entienden que haya llegado él antes que el agua. También falta sitio en los hospitales de las zonas golpeadas por la tragedia y por ejemplo en Chincha, los heridos esperan en los aparcamientos una ambulancia que los traslade a Lima, la capital peruana. A la esperanza se aferran también los médicos, que no han dejado de trabajar pese a que les faltan medios, y comienzan a fallarles las fuerzas. Para seguir, necesitan que llegue lo antes posible la sangre que miles de peruanos están donando en todo el país.
En el centro de la capital, la bandera peruana ondea a media asta después de que García declarara tres días de duelo nacional.
El seísmo del miércoles ha sido uno de los peores desastres naturales que han afectado al país sudamericano durante el último siglo. En 1970, unos 50.000 peruanos murieron durante un terremoto que provocó una avalancha de hielo y barro que sepultó al poblado de Yungay, al norte de Lima.
Respuesta 'inmediata' del pueblo español
La Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) ha acordado enviar este viernes a Perú tiendas de campaña, material sanitario, medicamentos y generadores de luz, así como especialistas en emergencias sanitarias y en rescate de personas atrapadas entre los escombros.
En total, 100 toneladas de ayuda humanitaria que saldrán desde el aeropuerto de Barajas o la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) en un avión rumbo a la ciudad costera de Pisco, al sur de Lima, la más afectada por el terremoto.
De esas 100 toneladas, 36 forman parte del material de la AECI y el resto lo aportan las demás instituciones que han querido contribuir en el envío de asistencia a Perú, matizó la secretaria.
Esta ayuda se sumará a las tres plantas potabilizadoras de agua que desplegó en el terreno la Embajada de España en Lima y que tienen capacidad para atender las necesidades de 3.000 personas al día..
Respuesta internacional
El Instituto Nacional de Defensa Civil (INDECI) estima en 80.000 los damnificados, que según las previsiones iniciales necesitarán tiendas de campaña, agua, alimentos, víveres y medicinas.
Gobiernos e instituciones de todo el mundo ya han manifestado su consternación y sentimiento de solidaridad con el pueblo peruano y están a la espera de que se determinen las necesidades reales en el país para comenzar a enviar la ayuda de emergencia.
La Comunidad Europea ya ha anunciado una contribución de al menos un millón de euros a agencias internacionales de ayuda para que sean destinados a Perú, y algunas de estas organizaciones también anunciaron paquetes de auxilio para la atribulada nación.
Por su parte, la Cruz Roja Internacional ha enviado dos aviones con cargamentos de ayuda y ha anunciado la entrega de 205.000 dólares para un fondo de emergencia, mientras que el programa de Desarrollo de las Naciones Unidas repartirá dos paquetes de 100.000 dólares.