
Un año más el Fondo Monetario Internacional (FMI) calienta motores para sus reuniones anuales y presenta en sociedad su Informe de Estabilidad Financiera Global (GFSR). En esta ocasión el equipo liderado por el español José Viñals reconoce que el sector financiero mundial sigue siendo "el talón de Aquiles" de la recuperación económica.
Si bien es cierto que la institución ha rebajado en una décima el coste de las provisiones realizadas por los bancos entre 2007 y 2010, es decir, un total de 2,2 billones de dólares, todavía podrían tener que declararse otros 550.000 millones de dólares.
Aún así, lo que preocupa a la institución es que durante los próximos dos años el sector bancario deberá refinanciar alrededor de 4 billones de dólares en deuda, un hecho que podría ser complicado si tenemos en cuenta la incertidumbre que reina en el sector financiero. Por supuesto, el informe refleja los retos a los que se enfrentan los países avanzados debido a la convergencia de una recuperación más lenta, refinanciamientos y niveles de deuda más elevados.
Durante la pasada crisis financiera se tuvo que establecer un cordón umbilical entre el sector financiero y los distintos gobiernos, que tuvieron que salir al rescate de la banca ante la sequía de crédito. A día de hoy, aunque la situación parece mejorar, es cierto que el contexto siendo "frágil", por eso el documento recomienda que "habrá que mantener parte del respaldo público que se les otorgó a los bancos en los últimos años".
Dadas las circunstancias, el FMI reconoce que quizás haya que posponer las estrategias previstas para retirar las políticas monetarias y financieras poco convencionales "hasta que la situación sea más sólida". Aunque la institución elogia los nuevos requisitos de capital impuestos por Basilea III, también pone de manifiesto que este tipo de medidas "no ofrece una protección completa frente a un déficit sistémico de liquidez".
En el caso del Viejo Continente, el GFSR hace referencia a las cajas españolas, a las que engloba junto a los Landesbanken alemanes como ejemplos de entidades con falta de rentabilidad y exceso de capacidad. Aunque en el caso español el FMI apunta que se están acometiendo reformas, vuelve a incidir en la necesidad de dar prioridad a la resolución o la reestructuración de las instituciones financieras más débiles, mediante clausuras, recapitalizaciones o fusiones, para que los mercados de financiación recuperen la normalidad.
Deuda soberana, el fantasma europeo
Por supuesto, los problemas de sector financiero llegan íntimamente ligados a los problemas de financiación en los mercados de deuda soberana. Muchos de los países que han tenido que ayudar al sector bancario han sufrido sus propios problemas a la hora de vender su deuda, como el caso de España. Los rescates extraordinarios al sector financiero han hecho mella en las cuentas gubernamentales y ello ha repercutido en la recuperación económica global.
Según el FMI, en Europa, los riesgos soberanos se mantienen elevados porque los mercados continúan centrando la atención en la alta carga de la deuda pública, la desfavorable dinámica del crecimiento, y el aumento de los riesgos de refinanciamiento y las vinculaciones al sistema bancario.
Desde su punto de vista, a corto plazo, se debería brindar un respaldo supranacional adecuado a los balances soberanos de los países que enfrentan tensiones inmediatas. A mediano plazo, los balances soberanos deben seguir una trayectoria creíble para asegurar la sostenibilidad fiscal.
En el caso de España, las cifras del Fondo indican que a día de hoy el gobierno cuenta con una deuda bruta que supone el 63,5% del PIB, con el 31,1% en manos de inversores extranjeros. Si la situación económica no se complica, la deuda podría alcanzar un 82,8% del PIB en 2015. Sin embargo el FMI también ha hecho cálculos en el caso de que se produzca un shock en el crecimiento económico, es decir, una ralentización anómala, que podría disparar dicho porcentaje hasta el 96,3%.
Por este motivo, dice el informe, los riesgos de refinanciamiento soberano deben abordarse con políticas de gestión de la deuda que prolonguen el promedio de las estructuras de vencimiento en la medida en que lo permitan las condiciones del mercado.
EEUU: recapitalización bancaria
Según el documento, en Estados Unidos, posiblemente sea necesario captar capital adicional para "revertir las tendencias recientes de desapalancamiento y quizá para cumplir con las reformas regulatorias nacionales", reza el informe.
Una vez más se demuestra la eficacia del gran colchón público. El FMI señala que las necesidades de capital de los bancos estadounidenses son aparentemente modestas ya que reflejan la gran escala de las intervenciones públicas "sin las cuales esas necesidades habrían sido sustancialmente mayores".
Esto pone de relieve en qué grado el riesgo se ha transferido de los balances privados a los públicos, así como la necesidad de hacer frente a la carga que ha recaído en las instituciones públicas: es decir, Fraddie Mac y Fannie Mae, los zombies hipotecarios semigubernamentales, a los que el GFSR también dedica su atención.