Los trabajadores parecen tener decidida ya su actitud ante la huelga general que se celebrará mañana. Los que la secundan lo hacen para protestar por la pérdida de derechos sociales y la mala gestión del Gobierno ante la crisis. Los partidarios de no parar mañana creen que la huelga llega tarde y que no servirá para nada.
Estos son algunos de los argumentos de los lectores de elEconomista.es para apoyar o rechazar la huelga general convocada por los principales sindicatos del país:
- A favor de la huelga
"No me parece de recibo que en la reforma laboral, entre otras cosas negativas para los trabajadores, se rebaje la indemnización por despido a veinte días por año trabajado, de los cuales el empleador paga ocho días y el contribuyente los otros doce", comenta Fernando.
Emilio asegura que secundará la huelga y critica la política económica de la empresa. "El gobierno se bajó los pantalones ante los organismos internacionales (FMI, BM etc. ) y ante los grandes inversores que manipulan los mercados financieros con fines políticos, lo que provocó la crisis de deuda soberana. ZP y su gobierno, llegado este momento, antepone la ética de la 'responsabilidad' a la ética de sus convicciones, muy típico de la socialdemocracia; la 'izquierda' o es revolucionaria o no es izquierda", apunta.
"La huelga es un arma, una manifestación y un derecho de los trabajadores. El que no es trabajador no tiene ese derecho. Ahora, el que trabaja no solo puede... debe. Por él y sus compañeros y si me apuras por sus hijos. Estamos retrocediendo socioeconomicamente. Podemos callar y dejar que nuestra miseria acreciente los beneficios de los que más tienen", argumenta un lector anónimo.
"Si la huelga fracasa no van a fracasar los sindicatos, va a ser la ruina presente o futura para cualquier trabajador que no se pliegue absolutamente a lo que diga el patrón", indica Pelaecillo.
- En contra de la huelga
Jose M. comenta que no va a ir a la huelga pero aclara que está "en contra e a reforma laboral, pero por creer que se ha quedado muy corta y no ha abordado temas cruciales para todos como el despido de la inmensa cantidad de empleados públicos que sobran". "No tiene sentido que vaya a la huelga a pedir lo contrario de lo que deseo", argumenta.
Douce utiliza las pregunta retóricas para exponer sus argumentos contra la huelga: "¿Crees que alguien va a dimitir aunque la gente fuera masivamente a la huelga? ¿En qué afecta al gobierno que los trabajadores pierdan un día de su sueldo, crees que van a dar marcha atrás en algo? ¿No sabes que ya todo está pactado entre sindicatos y gobierno previamente? ¿Por qué no convocaron la huelga para hace dos meses antes de que se votara la reforma laboral?".
También cuenta cómo afrontan sus compañeros de trabajo la jornada de movilizaciones. "En mi empresa nos han dicho que si vamos a la huelga no nos van a descontar el día del sueldo y aún así nadie quiere ir. Afortunadamente está compuesta por gente que piensa por sí misma y no por replicantes", comenta.
Un lector anónimo señala que es autónomo y que si no trabaja "pierde clientes y no lleva dinero a casa". "Esta es una huelga de ricachones sindicalistas paniaguados, que vayan ellos, la crisis no es culpa de cuatro banqueros extranjeros, sino de cientos de miles de 'españolitos' metidos a especuladores y otros muchos gastadores incapaces de ahorrar. Que vayan ellos también", apunta.
Jaime explica que no hará huelga porque "está en contra del gobierno y sus medidas, y también en contra de los sindicatos que dicen que representan a los trabajadores cuando han sido cómplices de la destrucción del empleo durante los últimos 2 años". Cree que "si se hubieran movido antes, lo mismo no hubieran sido necesarias las reformas que el gobierno ha tenido que tomar, impuestas desde la UE porque tenemos la economía intervenida".
Uno de León cree que "esta huelga esta pactada entre sindicatos y gobierno, unos para demostrar que aún existen y el otro para presumir de reforma dura". Añade que "unos son una parte importante del problema y el otro ha hecho una reforma meramente cosmética que no toca en absoluto los verdaderos problemas".