
Los ministros de Asuntos Exteriores de los 27 países de la UE, que este jueves se reúnen en Bruselas en los márgenes de la cumbre paralela de sus respectivos jefes de Estado o de Gobierno, han logrado desbloquear la entrada en vigor del acuerdo de libre cambio entre Europa y Corea. La firma del tratado tendrá lugar el próximo 6 de octubre, y su aplicación comenzará el 1 de julio del año que viene. Según los cálculos del Ejecutivo comunitario, el acuerdo generará para los exportadores europeos intercambios de bienes y servicios por valor de 20.000 millones de euros.
El 23 de abril de 2007, los 27 países de la UE autorizaron a la Comisión Europea para que iniciara con Corea negociaciones para pactar un tratado de libre comercio. El acuerdo fue inicialmente rubricado por la Comisión Europea y el Gobierno coreano el 15 de octubre de 2009. Pero precisaba del apoyo unánime de los Veintisiete y del Parlamento Europeo. Italia ha bloqueado hasta este jueves el acuerdo para intentar proteger a sus fabricantes de automóviles.
Corea del Sur es el octavo mayor socio comercial de la UE, y el Viejo continente es el segundo destino más importante para sus exportaciones. El acuerdo de libre cambio contempla una liberalización progresiva y recíproca del comercio de bienes y servicios, e incluye normas sobre competencia, subsidios públicos, protección de la propiedad intelectual y licitaciones públicas. Ambas partes deberán eliminar el 98,7% de sus aranceles sobre productos industriales y agrícolas en el plazo de cinco años, y desarmar el resto de la mayoría de las tarifas en plazos más prolongados.
También hay provisiones específicas para eliminar las barreras burocráticas contra el comercio en sectores como la electrónica, los automóviles, farmacia y química.
Europa se decanta por el sector servicios
Los europeos esperan sacar tajada principalmente del sector servicios: medioambiente, telecomunicaciones, transportes, finanzas y servicios jurídicos. El acuerdo cuenta con el apoyo de, entre otros, César Alierta, número uno de Telefónica, la asociación de patronales europeas en la que se integra la española CEOE, y la federación bancaria europea a la que pertenece la Asociación Española de Banca. En esta ocasión, incluso el campo europeo acepta la liberalización comercial, ante la perspectiva de multiplicar sus beneficios vía la venta de carne de porcino.
Pero como nunca llueve a gusto de todos, los fabricantes europeos de automóviles y, sobre todo, los italianos, han asumido el liderazgo del rechazo de este acuerdo. Acosados por la crisis, temen ser atropellados por una oleada de vehículos pequeños y baratos. Argumentan que los coches coreanos serán caballos de Troya que facilitarán la infiltración en Europa de las exportaciones made in China, si los fabricantes de coches coreanos recurren a piezas chinas a precio de saldo. Bruselas admite el problema, pero puntualiza que existen salvaguardias para minimizarlo.
El Parlamento Europeo, por su parte, intenta introducir una serie de enmiendas al acuerdo, para reforzar las salvaguardias que permitirán reducir las importaciones de productos surcoreanos si la reducción o la eliminación de los derechos de aduana desbordan a la industria europea. Al aplicar la cláusula de salvaguardia, la UE podrá incrementar los aranceles aduaneros. La posición final de la Eurocámara no será adotapda hasta la sesión plenaria prevista en la segunda mitad de octubre.