
Los ministros de Economía y Finanzas de los 27 países de la UE vuelven de vacaciones con un renovado apetito recaudatorio. Según acaba de confirmar la Comisión Europea, El Consejo Ecofin que se celebrará el martes 7 de septiembre tiene entre sus puntos del orden del día un debate sobre si instaurar una tasa sobre las transacciones financieras, más conocida como Tasa Tobin.
Los expertos de la Comisión Europea han elaborado desde primavera varios documentos en los que se alerta que la tasa Tobin puede ser fácilmente puenteada si no se aplica de manera global, y en los que se pone en duda su legalidad tanto dentro del principio europeo de libre circulación de capitales, como dentro de las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Los portavoces del Ejecutivo comunitario matizan que sólo se trata de documentos de trabajo en los que se expresan las diferentes ventajas e inconvenientes de manera neutra, y que Bruselas no tiene aún una opinión oficial ni a favor ni en contra, sino que se limita a intentar forjar un consenso entre los Veintisiete.
Rechazo en el G20
Los políticos europeos mantienen abierto el debate, pese a las dudas de los expertos y al rechazo que cosechó la idea en la reciente cumbre que mantuvieron en Toronto los jefes de Estado o de Gobierno del G20: el grupo de los países más ricos del planeta, y las economías emergentes más prometedoras. Los Gobiernos de Francia y Berlín reclamaron antes del parón veraniego que esta cuestión fuera abordada en la primera reunión del Ecofin de septiembre. Deseo que ha sido atendido por el Gobierno belga, que este semestre desempeña la presidencia rotativa de la UE.
Según los cálculos de la Comisión Europea, los Gobiernos europeos necesitarán en los próximos años alrededor de 2,5 billones de euros adicionales para pertrecharse contra una hipotética nueva crisis financiera y para cumplir sus promesas de ayudar al Tercer Mundo a luchar contra la pobreza y combatir el cambio climático.
Bruselas también busca una nueva fuente de recaudación para los presupuestos comunitarios a partir del año 2013. Entre las diferentes opciones barajadas figuran la citada tasa sobre las transacciones financieras, una tasa o impuesto sobre los bancos (una opción que ya ha cristalizado en algunos países), impuestos sobre las aerolíneas, y subastas de permisos para emitir CO2.