
Las medidas puestas en marcha por el Gobierno griego para reducir el gasto presupuestario y responder a las expectativas internacionales han puesto al descubierto que Atenas lleva años destinando millones de euros anuales a pagar pensiones de personas que ya han muerto.
Y por ahora se han detectado sólo entre los mayores de cien años. De acuerdo con los datos revelados hoy por el Ministerio de Trabajo heleno, de los cerca de 500 receptores griegos de los pagos por jubilación que superan el siglo de edad, un total de 321 ya han fallecido.
Fraude y 'despiste'
"Es increíble", señaló en una rueda de prensa el viceministro de Trabajo, George Koutromanis, tras anunciar el descubrimiento. "Hemos encontrado una pensión de alguien que murió en 1999", añadió.
Según explicó, en algunos casos los familiares del difunto eran los que se quedaban con el dinero, mientras que en otros la jubilación simplemente iba a parar a las cuentas bancarias, pero nadie la reclamaba.
Con ayuda de la polícía, las autoridades helenas descubrieron que se estaban realizando estos ingresos y ahora se se va a ampliar el rango de edad y se van a revisar las pensiones de los jubilados menores de cien años.
Una factura elevada
Aquellos que sean encontrados culpables de fraude serán denunciados, destacó Koutromanis, quien añadió que también investigarán las pensiones de invalidez para atajar un "despilfarro y robo" que cuesta a las arcas estatales entre 80 y 100 millones de euros anuales.
Para el portavoz de Trabajo, se trata de un suceso "propio del Tercer Mundo" y que no puede permitirse en en un país que quiere ser considerado parte de la Unión Europea.