
El ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, cree que "será inevitable" aumentar el tiempo de vida la boral empleado para el cálculo de las pensiones "más allá de los 15 años" para garantizar la estabilidad del sistema de pensiones a medio y largo plazo.
De esta forma, Corbacho retoma un debate que había quedado en un segundo plano, eclipsado por la ampliación de la edad de jubilación. En el mes de febrero, el Gobierno incluyó en la actualización del Programa de Estabilidad enviado a Bruselas la opción de elevar a 25 años el periódo de cálculo. Cuando se conoció, provocó tal revuelo que el Ejecutivo rectificó afirmando que lo que figuraba en el documento eran sólo ejemplos, no propuestas.
Un cambio progresivo
Según afirmó en una entrevista a Radio Catalunya, 20 años es un periodo "razonable" para calcular la pensión de jubilación -frente a los 15 últimos años actuales-, aunque matizó que el cambio se debe aplicar de forma progresiva.
Según explicó, el actual sistema de pensiones español penaliza mucho a las personas que pierden el trabajo en los últimos años de cotización, por lo que, cuando se jubila, recibe una pensión "casi de mínimos, aunque lleve 40 años cotizando".
Corbacho ha indicado que una de las prioridades es incentivar la permanencia y, paralelamente, evitar las jubilaciones anticipadas, que se apliquen "sólo cuando sean absolutamente imprescindibles para resolver problemas de crisis económica".
Reforma laboral
En referencia a la aprobación de la reforma laboral en el Senado, Corbacho ha admitido que será complicado que salga del Senado sin enmiendas, ya que mañana se deberán discutir 242, y ha indicado que el PSOE "va al debate con espíritu positivo en aquellas que puedan mejorar la reforma".
En este sentido, se ha mostrado confiado en que el Gobierno encontrará apoyos de CiU y del PNV. Corbacho ha indicado que una de las propuestas del PSOE será que el Gobierno presentará, en un periodo de seis meses, un proyecto de futuro que contemple el trabajo a tiempo parcial como uno de los principales objetivos, tal y como reclama el partido catalán.
Sin embargo, Corbacho ha admitido que será "muy difícil" aceptar la propuesta de CiU de que, en casos de negociaciones complicadas en empresas, la última palabra sea para el empresario. "Para nosotros se nos hace muy difícil que se pueda aceptar, pero trabajamos con un espíritu positivo y esperamos que podamos acercar posiciones", aseguró.