En estos tiempos de crisis, los más adinerados buscan ante todo la protección de sus fortunas. Por ello, sus inversiones se dirigen cada vez más a productos seguros, sencillos y que eviten a toda costa los posibles riesgos.
Según informan fuentes de Banif, recogidas por el diario ABC, estos clientes redujeron sus preferencias por las entidades pequeñas a favor de las grandes instituciones de probada solvencia.
Entre sus exigencias, está la cercanía de las entidades, la información constante y la sencillez en los productos. A día de hoy, los propietarios de grandes fortunas anteponen todo esto a la consecución de importantes rentabilidades a corto plazo, algo que generacada vez más desconfianza.
El director general de Espírito Santo Gestión, Enrique Cabanas, coincide en esta visión, asegurando a este mismo medio que "las reglas actuales se basan en tres premisas: la conservación, la diversificación y la simplicidad".
Cabanas asegura que en España, las miras se dirigen cada vez más a los depósitos remunerados y las estructuras de gestión de carteras, aunque en este segundo caso, orientan sus inversiones hacia productos de fuera de nuestro país.
El gestor señala también las dudas que provoca el sector de las energías renovables, algo que causa el hecho de que las inversiones no terminen de enfocarse hacia las empresas relacionadas con ese ámbito.
Aumenta el número de "ricos"
Desde Banif también señalan que los inversores más potentes apuestan cada vez más por un producto gestionado, donde sea el experto quien tome las decisiones de inversión. En la práctica, este asesoramiento acaba traduciéndose en una alta diversificación del patrimonio.
Cabe reseñar que en el año 2009, las grandes fortunas, tomando como referencia aquellas que superan el millón de dólares (sin contar la primera vivienda y los consumibles) aumentaron en 16.000 personas en todo el mundo, a pesar de la actual situación de crisis, según señala el informe anual de Merrill Lynch Global Management.
El mundo de los asesores de fortunas
