Economía

Se venden paraísos privados

Cuando Marlon Brandon terminó el rodaje de Rebelión a bordo en la Polinesia decidió quedarse. Compró la paradisíaca Te?tiarao. Fue un amor a primera vista, desde que la viera en 1962 buscando las localizaciones para la película. Consiguió hacerse con ella, después de mucho insistir, tres años después, y le perteneció durante 99 años.

Pocos son los elegidos que pueden comprarse un pedazo de tierra en medio del mar. Eso sí, la lista está llena de nombres famosos. Y aunque en las Bahamas está la mejor materia prima, al menos la de mejor relación calidad-precio; aún quedan muchas, y están a mano.

En las Bahamas tiene su paraíso particular JohnnyDepp -muy apropiado, tierra de piratas como su personaje Jack Sparrow-, con 14.000 metros cuadrados y seis maravillosas playas de arena blanca. Se llama LittleHall?s Pond Cay y pagó por ella el módico precio de dos millones y medio de euros.

Un resort natural  de lujo

David Copperfield también tiene isla en la zona, bueno, islas, porque tiene cuatro, en la cadena de islas conocidas como Exuma, por un valor de 50 millones de euros, la misma zona donde Nicolas Cage tiene la suya, Leaf Cay, en venta en la actualidad.

Mel Gibson la compró en las Fiji, la isla Mago -al parecer, la más grande del sudoeste del Pacífico- con sus 40 residencias repartidas alrededor de más de 2.000 hectáreas. El dueño del imperio Virgin, Richard Branson, también tiene isla propia desde los años 70,Necker, en las Islas Vírgenes británicas. La alquila a 17.000 euros la semana para dos personas.

Steven Spielberg tiene isla propia enMadeira. Y Madonna lleva años detrás de Skorpios, la isla de Onassis en el noroeste de Grecia. Después de varios intentos, el pasado verano Athina Onassis parecía dispuesta a venderla, los tiempos no están para seguir pagando el millón y medio de euros que le cuesta al año mantenerla, pero en la puja han entrado nombres como Bill Gates o Roman Abramovich. Sólo son rumores, pero el precio podría ascender a 220 millones de euros.

Una isla privada... en París

Y frente a la abundancia de islas en la Bahamas, la exclusividad de Bernard Arnault, el emperador del lujo, que posee una isla en el mismísimo París, en el Sena. Por ello, si no hay islas, los expertos del lujo se lanzan a construirlas, y los proyectos inmobiliarios de Dubai con la creación de The Palm -el complejo de islas artificiales en forma de palmera- es el mejor ejemplo.

En la actualidad, famosos aparte, las empresas hoteleras son los principales motores del mercado. La primera compañía en ofrecer un territorio privado y aislado a sus clientes fue Norwegian Cruise Line, que pagó un millón de dólares a una empresa petrolera por un cayo en las Bahamas.

El mercado de la compraventa de islas empezó a moverse no hacemuchos años y, a pesar de la crisis, está en su mejor momento. Y se va a mover más tras el anuncio de Grecia de vender sus islas -hay 227 deshabitadas en la actualidad- para superar la crisis que atraviesa su economía. Entre las islas en venta se encuentran parcelas de la famosa Mykonos, y ya hay inversores interesados, especialmente rusos y chinos.

Según Private Islands Online, los precios oscilan entre los dos y los 15 millones. La isla de Nafsika, en el mar Jónico, es una de ellas; el precio: 15 millones de euros.

Sin mantenimiento

Hay otra opción para disfrutar de estos paraísos: los resorts que salpican las islas convertidas en destinos de lujo. Hay muchos, en Maldivas, Seychelles, Polinesia, Bahamas, y en muchas otras islas en los cinco continentes.

Tienen la ventaja de no necesitar costosos mantenimientos y de ofrecer servicios exclusivos de gastronomía, spa y ocio. Suelen estar en playas escondidas y aisladas -algunos, incluso, en islas privadas- a las que sólo pueden acceder los huéspedes del hotel, preferiblemente en grupos reducidos y siempre selectos. La cadena Banyan Tree posee dos de los mejores alojamientos ubicados en playas privadas, ambos en las Maldivas: Madivaru -seis villas con playas independientes- y Vabbinfaru, en el Atolón del Norte deMale, uno de los veteranos y uno de los mejor ubicados.

El Ratua Private Island está en el archipiélago Vanuatu, en el Pacífico Sur, una zona que ha conseguido mantener intacto su sabor tribal, uno de sus encantos, en una increíble variedad de paisajes, desde playas tropicales y volcanes hasta cumbres nevadas.

Sólo tiene 15 preciosas cabañas de madera repartidas en tres poblados. En el Beach House Maldives, deWaldorf Astoria, hasta las habitaciones más sencillas tienen piscina privada. Al Angsana Velavaru, también en Maldivas, se llega en hidroavión.

Está en el atolón Dhaalu y ofrece excursiones nocturnas para avistar delfines. El Cocoa Island, a unos 40 minutos en lancha desde Male, es un clásico en la zona. Se puede recorrer de punta a punta en unos 15 minutos y está desierta, salvo por el resort, pero la sensación de libertad es indescriptible y a pesar de su tamaño ofrece todo tipo de actividades. Su seña de identidad: las canoas convertidas en cabañas diseminadas por el mar que sirven de alojamiento a los afortunados huéspedes.

Sin el barniz del cinco estrellas

El Amanpulo -significa isla pacífica- es un hotel boutique ubicado en la Isla Pamalican, en Filipinas, bordeada de arrecife de coral; y como todos los establecimiento de Aman Resort es exclusivo, puro lujo: 29 cabañas de playa aisladas y con acceso independiente. Y en las Fiji, en Beqa Lagoon, está Royal Davui Island Resort, un santuario sólo para adultos. Unomás, en la Isla Mnemba, en Zanzíbar.

Carece del barniz de los grandes resorts cinco estrellas, y precisamente ahí radica su encanto. Aquí no hay atrezo, ni puesta en escena comercialmente calculada para sumergir al huésped en un ambiente determinado, aquí hay cabañas -sólo diez- fabricadas con los materiales y estilo de las gentes del lugar: plataformas de madera, y techos de hojas de palma, construidas directamente sobre la arena de la playa. El resultado, no podría ser de otra manera, es un lujo. Por supuesto con su baño y todas las comodidades. El Mnemba Islandodge está a 20 minutos en bote a la  costa de la isla de Zanzíbar.

Helicóptero no incluido Y como todo tiene un precio, siempre es posible cerrar una de estas islas para pasar unos días en familia y absolutamente en privado. Por ejemplo, el exclusivoNorth Island, en las Seychelles, puede alquilarse completo por unos 32.200 euros.Eso sí, no está incluido en el precio el servicio de traslado en helicóptero.

Otra opción, alquilar islas privadas. Como Sa Ferradura, al norte de Ibiza.Hace cuatro años, la pequeña isla española saltó a la fama, cuando su dueño, un empresario textil holandés, la puso en venta por 33 millones de euros. La más cara del mundo. Y la vendió, aunque la cifra final podría haber quedado cerca de los 22 millones. No se desveló entonces el nombre del comprador, pero sigue siendo una de las más caras: se alquila a partir de 148.000 euros a la semana. Y está enventa por casi 40 millones.

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