La operación de cambio de edificio parecía sencilla para estas monjas de Valladolid, pero ellas, como buena parte del resto de los mortales, no vieron venir la crisis económica que acechaba y ahora luchan por evitar el embargo.
Tras 400 años viviendo en un monasterio del siglo XVII en Medina de Rioseco, decidieron que era un buen momento para mudarse al centro de Valladolid. Era una operación sencilla para vivir en un sitio más cómodo y útil, más acorde con este siglo.
En junio de 2005 las religiosas decidieron cambiarse. El nuevo convento estaba en venta por 5,2 millones y era de las Madres Reparadoras. Como relata el diario El Mundo en su edición en papel, esta operación inmobiliaria "debía financiarse casi al 90% con la venta del viejo convento de Medina de Rioseco que pusieron en el mercado por 4,5 millones de euros. El resto lo pagarían en cómodos plazos en los siguientes treinta años".
En apariencia era una operación fácil, pero la cosa se fue complicando hasta hoy que sobreviven de la caridad de los fieles. Llegó la crisis económica y las carmelitas no consiguieron cerrar ninguna de las operaciones de venta de su convento antiguo. Al principio parecía que no les faltarían compradores, al revés, siendo un edificio con tanta historia y mandado construir por Santa Teresa de Jesús, no habría problema.
El banco que financió los plazos para pagar y cuya identidad no se conoce, tuvo paciencia con las religiosas. Pero la deuda ha ido creciendo y los intereses se han acumulado hasta tal punto que han dado un ultimátum a las carmelitas: si no pagan algunas letras atrasadas su propiedad será embargada.
Han tenido que recurrir a la caridad para evitar el embargo y de momento han podido pagar alguna letra. El año pasado pusieron en su sitio web el número de una cuenta en la que los fieles podían hacer donativos para ayudar y que sigue operativo. Precisamente en esta web las religiosas dan las gracias y afirman que han "comprobado que hay mucha gente buena en el mundo, anónima y sencilla".