
Conocidas empresas de confección occidentales trabajan con factorías indias que pagan sueldos de miseria a sus trabajadores y los obligan a hacer jornadas laborales de hasta dieciséis horas.
Así lo denuncia hoy el dominical británico The Observer, según el cual Gap, Marks & Spencer y Next se han comprometido a investigar esas prácticas y a poner fin a esas jornadas abusivas, que violan la legislación india y la propia iniciativa ética del sector.
Algunos trabajadores han denunciado el hecho de que se les esté pagando la mitad del dinero establecido legalmente para las horas extraordinarias.
La empresa estadounidense Gap, que utiliza la misma fábrica que Next, confirmó haber detectado esas violaciones y dijo haber dado de plazo a su suministrador indio hasta la pasada medianoche para que pague a los trabajadores el dinero que les adeuda por ese concepto.
La firma británica Marks & Spencer por su parte dice que no tiene aún pruebas que corroboren la denuncia que hace el periódico.
Según The Observer, a los trabajadores indios que se niegan a hacer jornadas tan largas se les dice que se busquen trabajo en otra parte, algo que viola la legislación laboral internacional.
El doloroso ejemplo de India
The Observer habló con varios trabajadores de la fábrica india House of Pearl, que fabrica ropa para Gap y Next, que le dijeron que les paga un contratista.
Según ellos, dos o tres trabajadores se negaron a hacer horas extraordinarias, por lo que recibieron una paliza y terminaron abandonando la fábrica.
Los trabajadores señalan que comienza a trabajar a las nueve de la mañana y lo hacen hasta las diez de la noche con dos descansos de media hora cada uno aunque a veces su jornada se prolonga hasta las dos de la madrugada y tienen que presentarse luego al trabajo a la misma hora de todos los días.
Salarios denunciables
La mayoría de ellos deja su casa a las ocho de la mañana y no vuelve antes de las ocho de la tarde mientras sus hijos, abandonados, juegan en calles llenas de suciedad y malolientes por culpa de las alcantarillas, que no están cubiertas.
El salario de esos trabajadores es de sólo 25 peniques (unos 30 céntimos de euros) la hora, incluidas las extraordinarias, según denuncian.