Aunque es uno de los principales responsables de la saneada situación económica de la que disfruta Reino Unido, aún son muchos los retos que tendrá que afrontar Gordon Brown, después de haber asumido oficialmente el cargo de primer ministro de manos de Tony Blair.
El país muestra algunas señales inquietantes, como el elevado gasto público, una sanidad que pese a las fuertes inversiones no acaba de convencer a sus ciudadanos y una libra que encarece mucho las exportaciones.
Baja productividad
Se trata del telón de aquiles de Reino Unido. Durante sus más de 10 años al frente del Ministerio de Finanzas, Brown no logró mejorar este indicador que refleja la salud económica de un país. Un estudio publicado por el Centro de Actuación Económica de la prestigiosa London School of Economics (LSE), considerada cuna del Nuevo Laborismo, dice que, pese a que se han mejorado los índices de producción en el Reino Unido, su productividad sigue estando por debajo de sus grandes competidores, Alemania y Francia. Una de las autoras del estudio, Raffaella Sadun, explica que este problema se debe a deficiencias de formación y falta de habilidades directivas, y también a los déficits en innovación y tecnología. Y es que la proporción de trabajadores de bajo perfil en el Reino Unido es tres veces mayor que en los Estados Unidos y el doble que en Alemania y Japón.
Un gasto muy elevado
Otra de las grandes críticas contra Brown es que no supo frenar a Blair en sus inversiones en materia de sanidad y educación, lo que ha disparado el gasto público de Reino Unido del 38 por ciento de 1997 al 45 por ciento en 2004, lo que podría tener consecuencias negativas en el futuro. Sólo en el primer trimestre de este año fue un 2,4 por ciento más alto que en el mismo periodo del ejercicio anterior.
Sanidad pública y educación
Gordon Brown tendrá que renovar los sistemas de salud y de educación, los dos caballos de batalla de Blair donde más se ha invertido sin que se hayan visto grandes progresos. Una de las opciones que baraja Brown es la de independizar la Sanidad Pública (al estilo de la independencia del Banco de Inglaterra) y quiere que las escuelas públicas, las universidades y las empresas trabajen más cerca.
Según los expertos, el Gobierno de Blair ha destinado grandes cantidades de dinero para los servicios públicos sin que se vieran mejoras ni en las escuelas ni en los hospitales. Por ello, una de principales dificultades con las que se encontrará en su futuro mandato será cambiar la percepción de la gente sobre los servicios públicos.
Impuestos muy altos
Gran Bretaña es uno de los países con mayores tasas de toda la UE. Aunque Brown prometió bajadas de impuestos para los próximos años, será difícil que el actual sistema impositivo cambie mucho ya que fue él quien lo diseñó. Pero algo tendrá que hacer para contentar a las empresas con sede en el país. Estas pagan un impuesto de sociedades del 28 por ciento, muy por encima de la media europea del 25,6 por ciento. Y eso que Brown ya lo redujo en los últimos presupuestos en un 2 por ciento. A las elevadas tasas se suma una libra muy fuerte que está frenando las exportaciones británicas.
Demasiada inmigración
Aunque la tasa de desempleo es una de las más bajas de Europa (5,5 por ciento), muchos expertos alertan de que se ha creado menos empleo que inmigrantes han llegado, lo que ha generado una bolsa con amplia mano de obra. A buen seguro el nuevo primer ministro Gordon Brown continuará con las políticas restrictivas de entrada de extranjeros no comunitarios.