Economía

Durao Barroso y Lula advierten sobre posible fracaso en la OMC

Brasilia, 31 may (EFECOM).- El jefe de Estado de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, alertaron hoy de que un eventual fracaso de la Ronda de Doha postergará la esperanza de desarrollo de los países pobres.

"La Ronda de Doha constituye una oportunidad incomparable para hacer del comercio internacional un instrumento eficaz para el desarrollo", dijo Lula tras una reunión privada con Durao Cardoso, quien inició hoy una visita de tres días a Brasil.

Lula expresó que, en este momento, "todas las atenciones" de la comunidad internacional deben concentrarse en las negociaciones que se llevan a cabo en el marco de la Organización Mundial de Comercio (OMC), estancadas por falta de acuerdo en diversos asuntos, como los subsidios a la agricultura en los países más desarrollados.

El presidente brasileño reiteró sus críticas a esas subvenciones, que calificó como "elementos que distorsionan" el comercio y como un freno al desarrollo de los países más pobres, cuyas economías están basadas en la actividad agrícola.

Según Lula, "el éxito de las negociaciones (en la OMC) es crucial para el fortalecimiento de la gobernabilidad mundial", pues sólo así se podrá reducir la miseria en los países menos desarrollados.

Durao Barroso coincidió con la visión de Lula y reconoció que "los países más ricos deben hacer un esfuerzo mayor", pero matizó que las naciones más pobres deben contribuir con una apertura más grande de algunos sectores, entre los que citó el de servicios.

Según el líder portugués, la Ronda de Doha tiene "una vertiente económica y comercial, otra política y una tercera de justicia social", directamente relacionada a las oportunidades de progreso en las naciones más pobres del planeta.

"No son apenas negociaciones comerciales, sino una oportunidad para el desarrollo", declaró Durao Barroso, quien expresó confianza en que se alcance un acuerdo, pese a los obstáculos que mantienen las discusiones virtualmente estancadas.

Lula reiteró, por su parte, que insistirá sobre el asunto en la próxima Cumbre del Grupo de los Ocho (G-8), que integran los siete países más desarrollados y Rusia, a la que asistirá como invitado junto con los jefes de Estado de México, India, Suráfrica e India.

"La reunión del G-8 posiblemente sea la última oportunidad", insistió Lula sobre la Cumbre que se celebrará entre los próximos 15 y 17 de julio en la ciudad rusa de San Petersburgo.

Lula y Durao Barroso explicaron a periodistas que también pasaron revista a la agenda bilateral entre Brasil y la Unión Europea (UE) y que acordaron intensificar la cooperación en diversas áreas, como la producción de combustibles alternativos al petróleo.

El presidente brasileño reafirmó su convicción de que la UE y el Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay) pueden llegar a un acuerdo de asociación en un breve plazo y defendió el proceso de integración en Sudamérica, pese a las divergencias surgidas en los últimos meses.

"A pesar de las vicisitudes y las asimetrías, y a despecho del escepticismo de algunos, estamos construyendo un espacio económico integrado, que ofrece un horizonte ampliado para el comercio y la cooperación", expresó Lula.

En su opinión, para salvar las negociaciones entre el Mercosur y la UE es necesario "pragmatismo y realismo".

Tras la entrevista con Lula, Durao Barroso tenía prevista una reunión con las autoridades del Congreso.

Mañana se reunirá con los directivos de la Federación de Industrias del Estado de Sao Paulo (FIESP), en la ciudad del mismo nombre, y el viernes viajará a Río de Janeiro, donde recibirá un doctorado honoris causa en la Universidad Cándido Mendes. EFECOM

ed/olc/jla

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