Bruselas, 31 may (EFECOM).- La Comisión Europea quiere reducir el fraude fiscal en la UE, especialmente gravoso en el IVA, y para ello propone mejorar la cooperación administrativa entre los 25 y con países terceros y abrir el debate sobre una reforma del sistema de recaudación del IVA.
El comisario europeo de Fiscalidad, Lásló Kovács, destacó en rueda de prensa que el fraude en el IVA tiene un coste anual para las arcas comunitarias cercano a 60.000 millones de euros y advirtió de que el problema no deja de aumentar debido al proceso de globalización y al aumento de los intercambios trasnacionales.
En términos generales y pese a la falta de datos estadísticos, el Ejecutivo de la UE citó un porcentaje de fraude fiscal en los 25 de entre el 2 y el 2,5 por ciento del PIB anual (equivalente a entre 200.000 y 250.000 millones de euros).
A propuesta de la Comisión, los ministros de Economía y Finanzas de los 25 comenzarán a discutir este asunto en su próxima reunión, prevista el 7 de junio en Luxemburgo.
Kovács incidió en que los Estados miembros no pueden hacer frente al fraude individualmente y aconsejó utilizar las nuevas tecnologías para impulsar el intercambio de información e impulsar los mecanismos de asistencia para la recuperación de deuda.
Respecto a la cooperación con países fuera de la UE, el Ejecutivo comunitario propone superar los actuales acuerdos bilaterales y adoptar un enfoque común de los 25.
El comisario admitió que estos métodos "tradicionales" de lucha contra el fraude no darán resultados espectaculares, pero añadió que son fáciles de aplicar y no aumentarán el riesgo de fraude.
Entre los mecanismos más innovadores, pero que también implican más riesgo, Kovács aludió al modelo de "cobro revertido", propugnado por países como Austria o Alemania, y que consiste en cargar el IVA directamente al cliente (siempre que sea una empresa), en vez de al proveedor.
La compañía cliente puede deducirse ese IVA posteriormente, cuando los bienes o servicios adquiridos sean para uso empresarial.
La Comisión está estudiando la viabilidad de implantar este modelo, pero le preocupa, explicó Kovács, que abra la puerta a nuevas oportunidades de fraude y suponga un aumento excesivo de la carga burocrática.
También plantea la posibilidad de introducir el denominado sistema de "IVA definitivo", por el que se gravan los bienes y servicios en el Estado miembro de origen y no en el de destino, como ahora.
Bruselas considera que este sistema tiene muchas ventajas, pues resulta más simple para las compañías y reduce las posibilidades de fraude, pero incide también en que requiere un elevado nivel de armonización entre los sistemas fiscales de los 25 y, especialmente, del tipo de IVA, para evitar procesos de "deslocalización".
En cualquier caso, la Comisión considera que no hay entre los Estados miembros la voluntad política suficiente para acometer un cambio de ese calado y recuerda que una medida como ésta requiere la unanimidad. EFECOM
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