Economía

Las posibles ayudas públicas a las aerolíneas se han disipado como la nube de ceniza volcánica

Dos meses después del cierre del espacio aéreo europeo por la nube de ceniza volcánica proveniente de Islandia, ninguno de los 27 países de la UE ha pedido a la Comisión Europea permiso para dar ayudas públicas con las que compensar a sus aerolíneas por las pérdidas ocasionadas por el caos y por los gasto de asistencia de sus pasajeros (noches de hotel, comidas, transporte alternativo, etcétera). Así lo han confirmado a elEconomista fuentes diplomáticas y de la propia Comisión Europea.

De modo que parece constatarse que pese a las sugerencias iniciales de algunos poderes públicos, se confirma que las compañías aéreas no podrán parchear sus cuentas con la ayuda de Papá Estado. La crisis ha dejado demasiado tocados los presupuestos públicos como para que puedan acudir al auxilio de las aerolíneas.

Además, la situación ya no es tan clara ni tan simple como cuando hace dos décadas, antes de la liberalización del sector, cada país tenía claro cuál era su aerolínea de bandera. Ahora, al conceder subsidios con cargo al bolsillo del contribuyente tendrían que abrir el abanico a todas las aerolíneas implantadas en su territorio nacional para no incurrir en discriminaciones ni favoritismos.

Este jueves se reúnen en Luxemburgo los ministros de Transportes de los Veintisiete, en una de las últimas citas del semestre durante el que el Gobierno español ha ocupado la presidencia rotativa de la UE. El Consejo de ministros de hoy está presidido por José Blanco, ministro español de Fomento.

Reformar la directiva sobre indemnizaciones a los pasajeros

La cita de este jueves volverá a abordar el episodio de la nube de ceniza. El consuelo para las aerolíenas es que se espera que la Comisión Europea reafirme hoy su compromiso de presentar en los próximos meses -quizás ya en otoño- una propuesta para reformar la directiva que obligó a las compañías aéreas a hacerse cargo de los gastos de los viajeros que se quedaron bloqueados por la cancelación de vuelos.

En Bruselas se considera, igual que en las aerolínas, que esta directiva está prevista para cancelaciones, retrasos y overbookings -pasajeros que se quedan en tierra porque la aerolínea ha vendido más billetes que plazas tiene el avión- en tiempos normales. Y no es adecuada en casos excepcionales como fue el cierre del espacio aéreo europeo por el volcán islandés. La idea de la reforma sería suavizar y abaratar, no eliminar, las obligaciones de las aerolíneas frente a sus pasajeros en estos casos en los que no son culpables porque los inconvenientes se deben a catástrofes naturales.

Acuerdo con Estados Unidos

El consejo de ministros de Transportes de la UE que hoy se celebra en Luxemburgo también servirá de escenario para la firma con Estados Unidos del segundo acuerdo de Open Skies entre ambas orillas del Atlántico. Washington y Bruselas alcanzaron en 2007 su primer acuerdo de Cielos Abiertos para profundizar en la liberalización e integración del mercado de vuelos transatlánticos. Ese pacto eliminó la posibilidad de que Washington zancadilleara fusiones como la de Iberia con British Airways.

El segundo acuerdo, que cuya firma está prevista este jueves, se logró en marzo de 2010. Este nuevo pacto consolida el de 2007 al evitar que caduque, y amplia la cooperación de las autoridades de ambas orillas del Atlántico en competencia, medio ambiente y seguridad. Pero sigue sin permitir que una aerolínea europea sea dueña de una americana como quería Bruselas, al tiempo que tampoco facilita que aterricen en Europa los aviones estadounidenses más ruidosos, como pretendía Washington.

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